El Salvador no tiene más del 80% de su matriz energética de renovables, como dijo el presidente de CEL

por Javier Ramón/Gabriela Castellón Fajardo

Sus propios datos lo desmienten. La Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM), cuyo director general es el titular de CEL, Daniel Álvarez, registra en su web que la matriz energética se compone de un 60% de fuentes naturales o renovables y un 40% de combustibles fósiles. Además de esa información falsa, también dejó medias verdades y omitió datos en una entrevista reciente.

El presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica Río Lempa (CEL), Daniel Álvarez, afirmó en el programa Voto Nación 2024 del oficialista Canal 10 lo siguiente: “El presidente Bukele puso la geotermia en el mapa otra vez y, gracias a él, se está impulsando este tipo de generación eléctrica. (…) Adicionalmente, nosotros hemos avanzado y hemos logrado llegar más del 80% de nuestra matriz energética en energías renovables”.

Voz Pública contrastó lo expresado por Álvarez con la información pública disponible en entidades del ámbito energético como las mencionadas CEL y la DGEHM, la Unidad de Transacciones (UT), así como del Ministerio de Hacienda. En conclusión, lo expresado por el presidente de la CEL sobre el porcentaje de fuentes renovables de la matriz energética es falso. También se cataloga como engañoso la aseveración sobre el impulso a geotermia en la administración actual. En esta última categoría se incluye información que contiene datos verdaderos, pero omite otros necesarios o los mezcla con incorrectos con la intención de confundir.

Capacidad energética
La DGEHM es una institución de reciente creación, surgida a finales de 2021, que asumió las funciones del Consejo Nacional de Energía (CNE) y la Dirección de Minas e Hidrocarburos, adscrita al Ministerio de Economía. Entre sus potestades están definir y diversificar la matriz energética nacional.

En su web, en el apartado de estadísticas de energía se detalla cómo evolucionó año con año la matriz en el país, es decir, cuáles es la capacidad instalada por los distintos tipos de fuentes. En 2022, era 2,795 megavatios (MW), de los que 1,661, el 59.5% del total, correspondían a fuentes renovables como la hidroeléctrica que aprovecha la fuerza del agua para generar electricidad o la fotovoltaica que utiliza la luz solar. La otra parte, 1,134 MW, el 40.5%, se genera con derivados del petróleo como el fuel oil y el diésel, y el gas natural.

El porcentaje de las renovables registra una caída con respecto a 2021 y los años precedentes desde la entrada al sistema de la empresa Energía del Pacífico, que genera electricidad a base de gas natural. Asentada en el puerto de Acajutla, en Sonsonate, consta de una planta de 380 MWh.

Hay que recordar que el peso de las renovables en el sistema energético nacional venía creciendo desde la pasada administración, tal y como se observa en la gráfica inferior. En 2019, representaban poco más del 66% y en 2021 se alcanzó el pico con el 68.2%. En ese periodo se integró el primero proyecto eólico (54 MWh) y algo más de 100 MWh en diversas plantas fotovoltaicas.

En 2023 se sumaron más plantas solares y la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero, más conocida como El Chaparral, con capacidad de generar 66 MWh. La proporción de las renovables queda ligeramente arriba del 60% con respecto a las fuentes de combustibles fósiles.

Imagen extraída de la web de la DGEHM, donde se compara el peso de las renovables en la matriz energética.

Otra variable a tomar en cuenta para medir la presencia de las renovables es saber cuánta energía inyectada al sistema proviene de las fuentes limpias. Las cuentas al presidente de la CEL tampoco le salen con este indicador que mide la disponibilidad de energía. En 2023 se inyectaron a la red eléctrica nacional 7,386 GWh, de los que 3,187 GWh (43.1%) procedían de recursos térmicos y los 4,199 GWh restantes (56.9%) de cinco fuentes renovables: geotérmica (20%), hidroeléctrica (21%), biomasa de la caña de azúcar -aprovecha el bagazo- (7.2%), solar (7.3%) y eólica (2.3%). Esta información corresponde al informe estadístico anual de 2023 de la UT, la institución que administra el mercado eléctrico del país.

En el periodo de mayo a agosto pasado, menos de la mitad de la energía generada provino de fuentes renovables. Eso se explica, en parte, por la escasa generación hidroeléctrica dado lo irregular del invierno. En cambio, en meses como enero, febrero y octubre, la energía proveniente de fuentes renovables -hidroeléctrica y biomasa, principalmente- representó en torno al 70% del total.

Hasta 2021, en los años previos a la entrada al sistema de la térmica Energía del Pacífico, la energía inyectada provenía en su mayoría de fuentes renovables. Sin tomar en cuenta las importaciones, en 2021, el 84% provenía de fuentes renovables. Un dato similar era en 2020. En 2018 también registró un poco más del 75% de fuentes limpias como el agua, el sol y el viento.

¿Geotermia en el mapa?
El Salvador es un país pionero en la energía que aprovecha el calor del interior de la tierra. Como tal, lleva décadas en el mapa de los países destacados en geotermia. En 1975 empezó la generación de energía en el país con una capacidad instalada de 30 MW. En ese año incursionaron otros como Islandia y Japón.

Un ingeniero con amplio conocimiento en la materia, quien trabajó en la Superintendencia General de Electricidad y Comunicaciones (Siget) por años, lo resume así: “La experticia de El Salvador en geotermia es incuestionable desde hace más de 30 años. En la UES, se impartía un postgrado en geotermia por profesionales de la LaGeo. Venía gente de toda América Latina a capacitarse”.

La capacidad instalada en el país no ha variado desde 2007. Las centrales de Ahuachapán y Berlin, en Usulután, suman una potencia instalada de 204.4 MW. A diferencia de otras renovables, esta fuente de energía está siempre disponible. Eso explica que a lo largo del año pasado generase tanta energía como las hidroeléctricas, pese a que la capacidad instalada de estas últimas es tres veces mayor (618 MW).

Esta administración adjudicó al consorcio InterEnergy la construcción de dos plantas geotérmicas en San Vicente y Chinameca, San Miguel, con capacidad para generar 30 MWh en total. El periodo de construcción estipulado es de 730 días.

Hace un año, a finales de febrero se informó que la empresa tendría 180 días para presentar la garantía de mantenimiento del precio ofertado como paso previo a la firma del contrato. A partir de entonces serán 24 meses destinados a construir los dos pozos que deberán estar listos en septiembre de 2025.

De vueltas con El Chaparral
El presidente de la CEL insiste en su discurso de que gracias a la entrada en funcionamiento de la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero no solo no aumentó un 9% la tarifa a mediados de octubre sino que se redujo un 5%. Esa información, que viene planteando desde la inauguración de la presa en octubre pasado, no es correcta y Voz Pública lo explicó a finales de 2023.

Una publicación reciente de El Diario de Hoy aclaró también que el costo de reducir la tarifa recayó en los generadores y distribuidores. Una fuente especializada en el tema también confirma esa tesis. En total, son alrededor de $75 millones los que están en juego, según calculo de un economista conocedor del sector eléctrico.

Plantear que ese monto se va a recuperar con la entrada en operaciones de la central hidroeléctrica es faltar a la verdad, al menos en el corto y medio plazo. Con los datos de la UT se puede ver que en diciembre generó 3.3 GWh y en enero 2.4 GWh. Esta cantidad de energía es similar a la que la presa hubiera generado en un día y medio operando con normalidad. De los 31 días, en seis las turbinas estuvieron paradas por completo, según registro de la UT.

A modo comparativo, la Central Hidroeléctrica Guajoyo, la más pequeña con diferencia de las que administra la CEL -su capacidad instalada es de 19.8 MW-, generó 3.7 GWh el último mes de 2023.

Si de montos se trata
El presidente de la CEL informó en la entrevista en Canal 10 que la construcción de la central tuvo un costo de “850 millones sin contar (costos) indirectos”. Dejando a un lado lo de costos indirectos, pues no especifica a qué se refiere, la cifra mencionada es muy cercana a la que registra el Ministerio de Hacienda, como informó este medio semanas atrás.

Desde 2007 hasta diciembre de 2023, la inversión en el proyecto hidroeléctrico asciende a $844 millones. Lo que presidente de la CEL no dice es cuánto invirtió esta administración en terminar la obra. Un proyecto que, por cierto, según informes de la autónoma y la Siget, registraba un avance entre el 70 y 76% a mediados de 2019, cuando asumió la presidencia Nayib Bukele.

Datos de Hacienda revelan que esta gestión gastó $484 millones en los cuatro años que le llevó terminar la obra. Los otros gobiernos, con la corrupción y los malos manejos incluidos, erogaron $360 millones en la misma obra, según los gastos reflejados en los gastos de cada año en

Hacienda.

Extractos analizados de la entrevista en Canal 10 de Daniel Álvarez, presidente de la CEL.

podría gustarte