El precio de la canasta alimentaria bajó en los últimos meses, como dijo el mandatario, pero ese descenso no se corresponde con el ejemplo que menciona de los tomates y las papas. De hecho, esos productos ni siquiera están en la canasta rural. En el primer trimestre del año, el precio de la canasta básica urbana y rural disminuyó entre un 2% y 4% con respecto a 2024, pero entre 2021 y 2024 incrementó entre el 28 y 29%. Voz Pública verificó el contenido publicado en X y lo catalogó de “engañoso”.
El presidente de la república, Nayib Bukele, informó el domingo 27 de abril en X (antes Twitter) sobre el descenso del precio de la canasta básica de alimentos en los últimos meses y, como ejemplo, comparó el precio de los tomates y las papas en la calle a mitad de 2024 con el actual en los agromercados.

Voz Pública verificó la información publicada y la catalogó como “engañosa”. El costo de la canasta viene reduciéndose en los últimos meses, aunque los ejemplos exageran esa realidad. De hecho, en la calle y en el Súper Selectos siguen dando de cuatro a seis tomates pequeños por el dólar, algo que atribuía a julio de 2024.
¿Por qué desinforma?
. El presidente informa del descenso de los alimentos dos veces, pero omite decir cuánto.
. El tomate y la papa no están incluidos en la canasta básica alimentaria rural.
. Usa el precio de los agromercados aunque la mayoría no compra ahí, y hay denuncias de que los alimentos estén subsidiados.
. Compara el mes de marzo y, en general, el primer trimestre de 2025, con junio y julio de 2024, lo cual no es correcto desde un punto de vista técnico.
Canasta urbana bajó 3,7% luego de subir el 27.9%
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) incluye una serie de alimentos y bebidas básicos en la dieta de la población que, en teoría, cubren el “requerimiento mínimo calórico” de una persona, según se lee en el sitio del BCR. La canasta de la zona urbana incluye 22 productos por 15 la rural.

En el primer trimestre de 2021, el año previo a la inflación, los alimentos de la canasta costaban $200.3 en lo urbano y $143.4 en lo rural en promedio al mes. Para 2024, habían subido $56.2 y $41, respectivamente. En términos porcentuales, un 27.9% y un 28.6%.
¿Cuál es el descenso del que habla el presidente sin dar un dato? En 2025, se registra una reducción de poco menos de $10 en la canasta urbana y menos de $5 en la rural, al comparar con el promedio del primer trimestre de 2024. En porcentajes, una caída del 3.7% en la zona urbana y un 2.5% en la rural. Los usuarios siguen pagando $46.4 más en lo urbano y $36.3 más en lo rural.
Este es el comportamiento de la CBA urbana y rural en los últimos años, tomando en cuenta el promedio anual.

Tomate y patata, fuera de la CBA rural
En su referencia a la reducción del precio de la CBA, el presidente pone como ejemplos dos verduras como el tomate y la papa. Sin embargo, en los 15 alimentos que integran la canasta de alimentos en la zona rural no están incluidos esos productos. En cambio, sí lo están en la urbana que abarca 22 alimentos, siete más: seis verduras y el pan francés.
El maíz representa el 60% de la canasta alimentaria rural. Si se suman frijol y arroz, los granos básicos llegan el 75%. El porcentaje restante corresponde a huevos, azúcar, leche, carnes y frutas.

Las verduras han bajado, pero…
Las verduras son el alimento que más ha bajado de precio en el primer trimestre del año, motivo que probablemente le llevó al presidente a ponerlas como ejemplo.
¿Y el resto de productos? En la canasta urbana, el pan francés, el aceite y la margarina, las frutas, la leche y el azúcar mantienen precios similares al año pasado. El arroz y las carnes están un poco más caros y las tortillas, los huevos y los frijoles, un poco más baratos.
En la zona rural, con la ausencia de las verduras, la reducción en el precio de las tortillas explican el descenso en el precio de la canasta alimentaria. Los demás presentan un comportamiento similar al de la canasta urbana.

El 27.5% compra en agromercados
El presidente toma como referencia el precio de los agromercados aunque la mayoría de la población no compra regularmente en esos centros. La Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, en su última encuesta sobre la evaluación del año 2024, revela que solo el 27.5% compra regularmente en esos establecimientos. Un 46.3% no ha comprado nunca y otro 26.6% “rara vez” lo hace. Entre las razones de aquellos que van a los agromercados están que quedan lejos, se hace mucha cola y que desconocen su ubicación.
El economista César Villalona considera que el impacto de los agromercados es limitado en la oferta alimentaria. “No creo que ofrezca ni el 3% de los alimentos agropecuarios que consume la población. Solo las importaciones son más del 70%”, apunta.
Meses atrás, Voz Pública verificó el precio de venta de los alimentos en los agromercados y comprobó que si bien es más barato que afuera y la gente así lo reconoce, era un poco mayor que el que publicaba el Ministerio de Agricultura y Ganadería en las redes sociales.

En la calle venden de cuatro a seis tomates por el dólar
“Hace apenas unos meses (julio de 2024), 4 tomates costaban $1; ahora se pueden comprar hasta 25 tomates por $1 en los Agro Mercados”, escribió el presidente en X.
Dos sondeos realizados la semana pasada en seis tiendas pequeñas de San Salvador (colonia Centroamérica) y Soyapango (colonia San José) revelan que siguen vendiendo de cuatro a seis tomates pequeños por el dólar. En un camión de los que venden fruta y verdura en la calle, daban cinco tomates medianos por el dólar.
En la cadena Súper Selectos, siempre en la zona de la Centroamérica, ese martes pasado, los tomates estaban de oferta, a $0.99 la libra. Alcanzaban hasta seis. El jueves, la libra estaba a $1.35, porque salía a cuatro, quizás cinco unidades por el dólar.
Para Adalberto Blanco, integrante de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, el precio bajo en los agromercados es gracias a un subsidio del Estado a la comercialización de los productos. “Ningún productor de tomate puede competir con esos precios, están por debajo del coste de producción”, asevera sobre lo que considera “una competencia desleal” para los vendedores de los mercados tradicionales.
Luis Treminio, presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores (Campo), se viene pronunciando en esa misma línea hace tiempo. “Ningún productor local va a tener la capacidad, sin subsidio del gobierno, para dar 25 tomates por un dólar”, dijo meses atrás.
La canasta más pequeña y desactualizada de CA
La canasta básica salvadoreña es la que contiene menos alimentos en la región. Y la diferencia es sustancial con las del resto de países. En Guatemala, la canasta urbana incluye 66 y 60 la rural. En Costa Rica, la urbana tiene 56 por 42 la rural. En Honduras, ambas tienen 30 y, en Nicaragua, 23 productos las dos.
La Mesa por la Soberanía Alimentaria recuerda en un estudio reciente que la CBA salvadoreña es, también, la más desactualizada de la región. Su última revisión data de 1983, hace más de 40 años. Guatemala revisó su metodología el año pasado y Honduras, en 2020. Estos ajustes permiten ajustar los patrones de consumo y las necesidades nutricionales de la población.
El estudio hace énfasis en “la discrepancia entre el costo oficial de la CBA y los precios reales en comunidades rurales (generalmente más altos debido a intermediarios, costos de transporte y disponibilidad limitada)” y, por consiguiente, concluye que urge una revisión metodológica que considere la variedad de alimentos y las dinámicas de mercado locales.
“Como Mesa proponemos una canasta que suba de 22 a 40 productos, y que exista una sola. Esta canasta básica superaría los $400 y, en consecuencia, el incremento al salario mínimo apenas alcanzaría a igualar el costo de la canasta básica, dejando el resto de servicios y productos que necesita la gente fuera”, apuntó Adalberto Blanco.
La CBA es un indicador importante de la situación económica y social de un país. Además de reflejar el costo de los alimentos básicos de los hogares, es utilizada para medir la pobreza y la inequidad. Una familia cuyos ingresos no alcanzan para comprar los alimentos de una canasta básica se considera que vive en pobreza extrema. Y si alcanzan para una canasta pero no para dos (canasta ampliada), se dice que está en pobreza relativa.