En 2023 se produjo un aumento en las llegadas a El Salvador de personas de países de habla inglesa que declaraban haber venido a la tierra prometida de la libertad. Ya sea que los llames “influencers”, “youtubers” o “bitcoiners”, acuden a las redes sociales para anunciar que han abandonado sus países, donde se sentían oprimidos por sus gobiernos, y que encontraron la libertad escapando a El Salvador. Es una libertad de colonialista rico, no una garantizada por el gobierno salvadoreño a todos sus ciudadanos.
Típico de estas proclamaciones exageradas de que El Salvador es un faro de libertad es este artículo en la revista Bitcoin de William Stebbins, un oficial militar estadounidense retirado, que declara que el país se ha transformado bajo la administración Bukele «de vasallo empobrecido a santuario de libertad en ciernes». Stebbins proclama que «la tecnología de libertad de Bitcoin ha ofrecido a los salvadoreños una oportunidad de romper el ciclo de liderazgo traidor, corrupción institucionalizada, pobreza generacional, violencia endémica y vasallaje». Según los entusiastas que llegan, esta renovación del país se debe al Bitcoin, aunque el público salvadoreño haya rechazado rotundamente la iniciativa de Bukele con la criptomoneda.
En las redes sociales, un grupo de estos recién llegados produce videos donde muestran su entusiasmo con las playas, las pupusas y la libertad que han encontrado gracias al Bitcoin y a Bukele. Un ejemplo es Hannah y David, una pareja de Gran Bretaña.
https://www.youtube.com/embed/dF9RKbtjkA8?feature=oembed
«Han venido aquí en busca de un poco de libertad, ya sabes, un poco de vida… para hablar abierta y libremente con la gente sobre los acontecimientos que han ocurrido en los últimos años»
“Simplemente veo que el Reino Unido se vuelve cada vez más autoritario… 2020 demostró que el Reino Unido [no es un país libre]”
La pareja se queja de las restricciones pandémicas en el Reino Unido, afirma que carecía de control sobre su propio dinero y advierte sobre la amenaza de los bancos centrales.
O esta publicación reciente en X de otro bitcoiner enamorado del país y publicada, nuevamente, por Nayib Bukele:
Esta es la tierra del maná, de la libertad, todo es libertad aquí. Libertad en el dinero, libertad en la medicina, libertad en Internet…
De la salud y la libertad también se hizo eco este YouTuber de Francia, quien dijo que una de las razones para venir fue el enfoque «voluntario» para hacer frente a la pandemia de COVID-19 que hubo en El Salvador.
Nicki y James, una pareja de youtubers de Nueva Zelanda, dicen que se sentían oprimidos en su país de origen y que se muestran esperanzados por la falta de mandatos gubernamentales en El Salvador.
Otra persona que profesa la narrativa de la libertad es Jeremy, el fundador de Escape to El Salvador. Su empresa ayuda a extranjeros que buscan este estilo de vida fácil y libre a solicitar la residencia, iniciar un negocio o mudarse.
Se pueden encontrar muchas entrevistas similares en el canal de YouTube Live from Bitcoin Beach, presentado por Mike Peterson, el fundador original del proyecto Bitcoin en El Zonte.
Y para aquellos que desean un camino hacia la ciudadanía salvadoreña más rápido que el que obtendrían con Escape to El Salvador, el Gobierno de El Salvador ha lanzado un “Freedom Passport«. Con este nuevo programa de ciudadanía por vía rápida, 1,000 personas adineradas al año pueden obtener la ciudadanía salvadoreña para ellos y sus familias, siempre y cuando puedan certificar una inversión de $1 millón en Bitcoin. El sitio web que lo ofrece (solo está en inglés) declara a El Salvador como el «Ark of Freedom” en Centroamérica.
Sin embargo, estos influencers de las redes sociales son ignorantes de manera deliberada o, simplemente, mentirosos. Afirman que un excelente ejemplo de la tiranía de Estados Unidos y los países europeos fueron las políticas COVID-19, como los mandatos de vacunas o el uso de mascarillas. ¡Menos mal que en El Salvador estuvo libres de ellas! Sin embargo, sus comentarios muestran un total desconocimiento de cómo actuó el Gobierno de Bukele para imponer controles de salud pública en la pandemia.
Tal vez no sabían, o no quieren saber, que Nayib Bukele reclamó para sí la capacidad de emitir órdenes que confinaban en sus casas a todos los miembros de la familia excepto a uno designado, de imponer un cerco militar alrededor de una ciudad cuando consideraba que demasiados ciudadanos estaban desobedeciendo las normas de confinamiento y de prohibir las clases presenciales en las escuelas en 2020 y 2021. Durante meses, Bukele prohibió regresar a casa a los salvadoreños atrapados en el extranjero al comienzo de la pandemia. Y los ciudadanos que no siguieran las reglas podrían ser encerrados en “centros de contención” por un mínimo de 30 días sin ningún juicio o proceso.
Bukele, que alguna vez se autodenominó en Twitter «el dictador más genial del mundo», no ha renunciado a ninguno de esos poderes que utilizó en 2020 y en los años posteriores.
En su amor por la criptomoneda, los recién llegados proclaman que una economía Bitcoin proporciona libertad frente a la invasión de su privacidad por parte del gobierno y la capacidad de controlar su propio destino. ¿Qué mejor lugar para encontrar esa libertad que El Salvador, donde el Bitcoin se ha convertido en moneda de curso legal? Pero parecen ignorar que la versión gubernamental de una billetera Bitcoin, la billetera Chivo, era todo lo que dicen aborrecer. Los Bitcoin de un salvadoreño serían mantenidos por el gobierno en esta billetera de custodia; cada transacción a través de la billetera sería visible para el gobierno y este poseería la identidad de cada titular de una Chivo.
Sus declaraciones de libertad muestran el desprecio por los últimos 21 meses bajo el actual régimen de excepción, durante el cual los salvadoreños han vivido sin protecciones constitucionales ante los arrestos arbitrarios, detenciones sin pruebas y basadas en meras acusaciones. Los recién llegados afirman simplemente «sentirse libres» mientras viven en comunidades costeras, ignorando al mismo tiempo que este gobierno se atribuye el derecho de encerrar a cualquiera.
Un grupo de líderes de la industria Bitcoin vinculados a El Salvador ha lanzado lo que llaman el Manifiesto de la Libertad, que pretende “manifestar su compromiso con la libertad financiera y la libertad de expresión”. La declaración ignora convenientemente a los 17 periodistas que han tenido que exiliarse de El Salvador durante el régimen de Bukele, las dos docenas de periodistas y defensores de derechos humanos cuyos teléfonos fueron infectados con el sofisticado software espía Pegasus, o los más de 400 abusos a periodistas por parte de las autoridades registrados por la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).
Entonces, ¿cuál es la libertad que estos recién llegados encuentran en el país? La libertad de los ricos. Sus dólares, libras y euros valen más en El Salvador. De repente, sus ingresos por trabajar de forma remota para empresas globales, ser personas influyentes o vivir de inversiones los colocan en los porcentajes de riqueza más altos de los residentes de El Salvador.
Ricardo Valencia, profesor en Cal State Fullerton (Universidad Estatal de California) y un comentarista frecuente de los acontecimientos en el país, llamó criptocolonialistas a los recién llegados en una columna en El Faro:
El sueño de convertir El Tunco, el Zonte y Conchagua en Surf City, Bitcoin Beach y Bitcoin City, respectivamente, necesita, además, de la mano dura para mantener a los pobres a raya de los nuevos colonizadores. Los pobres –como el minutero que cobraba su producto con Bitcoin –siguen siendo capturados durante el estado de excepción. El criptocolonialismo usa a los locales como mano de obra barata, mientras sus élites son inmunes a la represión policial. Mientras la élite cripto le habla al oído al presidente y tiene cenas de gala con él, los pobres usan las redes sociales para vociferar el dolor que el estado de excepción les infringe.
Los criptocolonialistas son recibidos con los brazos abiertos de un gobierno que solo tiene halagos para ellos. Estos extranjeros son las señales de que el milagro económico de Bukele es real. Algunos se tomarán fotografías con el presidente o le pedirán que vuelva a publicar sus elogios a El Salvador en Twitter.
Estos amantes de la libertad viven en enclaves de otros expatriados donde no tienen que temer que la policía mire sus tatuajes y se los lleve a los infiernos de las cárceles salvadoreñas. Vienen a El Zonte /Bitcoin Beach y proclaman que es la visión del futuro. Mientras tanto, suben los precios de los bienes raíces y los proyectos de desarrollo que les sirven, desalojan a los residentes pobres.
Al mismo tiempo que se construyen hoteles boutique y bares de moda en «Bitcoin Beach», los propios residentes de El Zonte están siendo desplazados. No tienen la libertad de permanecer en los hogares que han construido a lo largo de los años. En cambio, como informó el medio especializado en periodismo ambiental MalaYerba, serán reubicados en un nuevo asentamiento de viviendas alejado de la playa y frente a la nueva planta de tratamiento de aguas residuales, construida para dar servicio a los establecimientos turísticos. Se ven obligados a mudarse por un proyecto turístico, «Bitcoin Beach Club de Playa», que contará con salones de masajes, un distrito comercial y acceso a la playa. Los residentes de El Zonte dicen que su reubicación forzada contradice una promesa anterior de Bukele de que serían incluidos en las mejoras a su ciudad natal.
(Irónicamente, Jeremy de Escape to El Salvador escribió un artículo de opinión en la revista Bitcoin en el que afirmaba que el problema con el aumento de los precios de los bienes raíces y el desplazamiento de los residentes locales fue causado por una cantidad muy pequeña de bienes raíces y por el hecho de que muy pocas personas adoptaron el Bitcoin).
Quizás, antes de que estos recién llegados declaren a El Salvador como un modelo de libertad y oportunidades, deberían preguntarse por qué tantos salvadoreños todavía buscan emigrar de su país. Desde el 1 de octubre de 2018, 367.000 han sido detenidos tratando de ingresar a Estados Unidos a través de la frontera sur de ese país. Sólo en 2023, el año que Nayib Bukele ha declarado el más seguro en la historia salvadoreña para el país más seguro de América Latina, un promedio de 5.000 salvadoreños fue detenido cada mes en la frontera con Estados Unidos. Tal vez sea porque cuando se les pregunta en las encuestas de opinión, el 61% dice que Bitcoin sólo beneficia a unos pocos privilegiados: los ricos, los inversores extranjeros y los dueños de negocios.
Este artículo se publicó también en El Salvador Perspectives
https://www.elsalvadorperspectives.com/2024/01/new-crypto-colonialists-claim-to-have.html
Sobre el autor. El Salvador Perspectives es el blog de Tim Muth, un abogado formado en Harvard University que divide su tiempo entre El Salvador y Milwaukee, Wisconsin. Tim se dedica también a asuntos relacionados con las libertades civiles y los derechos humanos.