El préstamo del BID no alcanza para el nuevo Rosales

por Gerardo Rivera/Javier Ramón

Con el empréstito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), disponible desde 2018 para construir tres torres médicas, solo se financiará una de ellas, la de la consulta externa y el hospital de día, según confirmó la institución financiera. El encarecimiento de ese edificio, presupuestado en $52 millones, y la reorientación de fondos al Hospital de El Salvador, mermaron los recursos para desarrollar el plan original. 

El 25 de mayo de 2018, los titulares del Ministerio de Salud llegaron a la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa para convencer a los diputados de la necesidad de ratificar un préstamo, que había sido aprobado dos años antes, para mejorar el sistema de salud pública. Una parte importante de ese financiamiento, un poco más de $80 millones, iba dirigida a la modernización del Hospital Nacional Rosales, el centro sanitario más importante del país. En su exposición, los funcionarios detallaron el plan original: la construcción de dos torres médicas totalmente nuevas (una de consulta externa y otra de hospitalización) y la renovación del actual edificio de especialidades. 

Cuatro años y medio después, poco queda de ese plan inicial.

Con los fondos de ese empréstito, de las tres torres solo se construirá una, el edificio de la consulta externa. Las otras quedan descartadas, según confirmó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a Voz Pública en una solicitud de información enviada en agosto de este año. “Con recursos del Programa Integrado de Salud II solo se tiene previsto la construcción del hospital de día y consulta externa del hospital Rosales”, respondió el banco a la pregunta de los proyectos a financiar.

El Programa Integrado de Salud II (Prides II), al que hace referencia el banco, es financiado con el préstamo de $170 millones del mismo BID, ratificado en junio de 2018. Consta de cuatro componentes, cada uno con un monto específico: $37.3 millones para la red de atención ambulatoria (primer nivel), $118 millones para la atención a la red hospitalaria, $10.9 millones para mejorar gestión y eficiencia de red sanitaria, y el resto, $3.8 millones, para gastos de administración.

Golpes al presupuesto
El desfinanciamiento del plan inicial de modernización del hospital Rosales se explica, en parte, luego de algunas decisiones adoptadas por el Ministerio de Salud como la reorientación de fondos de ese empréstito y el encarecimiento de la obra de la consulta externa, la cual está en proceso de licitación.  

En octubre de 2020, el Ministerio de Salud solicitó a la Asamblea Legislativa la reorientación de $14.1 millones del préstamo del BID para la compra de insumos y equipos para el Hospital El Salvador. De esa cantidad, $7.3 millones se sustrajeron del rubro de hospitales que contempla, además del nuevo Rosales, la construcción de un centro en la zona norte de San Salvador. Con el ajuste, los fondos disponibles quedaron en $72.6 millones, según respondió Salud a una solicitud de información en junio de 2021.

Sin embargo, el impacto principal se dio luego de que la torre de la consulta externa y hospital de día del Rosales pasara de tener un presupuesto de $29.6 millones en la primera licitación lanzada en febrero de 2021 a los $52 millones actuales contemplados en un segundo proceso de contratación vigente en la actualidad. Esos montos se refieren a la construcción no así el equipamiento que se estima en unos $18 millones, según esa misma fuente.

Para llegar a esa situación, en febrero de este año, el ministro de Salud, Francisco Alabí, tomó una doble decisión: anuló la licitación inicial y maniobró para que la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOM) liderase el nuevo proceso para escoger a la empresa constructora. Como su nombre indica, es una institución que surge a mediados de noviembre de 2021, en principio, para atender la demanda de las obras en los municipios. 

Respuesta del BID a Voz Pública en torno al diseño de la consulta externa y el financiamiento

Con las decisiones adoptadas, los $80 millones iniciales alcanzan si acaso para completar el primer edificio. Previamente se hicieron otras inversiones menores como la demolición y desalojo de materiales del exhospital de Maternidad, estudios de suelo, legalización de terrenos, entre otros.

Un cambio reciente
Entre marzo y abril de 2022, Voz Pública solicitó al Ministerio de Salud el plan maestro del nuevo hospital Rosales en un par de ocasiones para conocer los proyectos a realizar y los plazos estimados de cada uno, pero no respondió. 

El 27 de julio se hizo lo propio con la DOM. Se pidió el plan de modernización del Rosales (plan maestro) y la respuesta dejó bastante que desear: “(El plan) se encontraba en fase de elaboración”. Luego de más de tres años de gestión, el Gobierno parece que no tenía claro aún qué hacer en el nuevo Rosales.

Al menos hasta julio de 2021, la idea original de construir dos torres médicas y renovar otra con ese préstamo seguía en pie, según respondió Salud a una solicitud de información. No obstante, en el escrito no se mencionaban fechas ni montos concretos de cada uno de los proyectos.

La falta de financiamiento para los dos edificios tiene consecuencias en la calidad de atención de los miles de pacientes que el hospital recibe cada año. Por ejemplo, en el informe de labores de 2021 se registran cerca de 9,500 cirugías entre electivas y de emergencia, más de 25,000 egresos y más de 22,000 consultas de emergencia.

El proyecto de la torre de hospitalización es un área de alta complejidad que tendría 16 especialidades, 500 camas y 13 quirófanos. La renovación del edificio actual de especialidades suponía ocho quirófanos y 212 camas para 13 especialidades. Estos proyectos, descritos en el plan original cuando se suscribió el préstamo, están desfinanciados ahora, tal y como confirmó el BID.

Eduardo Espinoza, viceministro de Salud en la gestión anterior, recuerda que los dos edificios, en su diseño original, sumaban 712 camas para internos y 21 quirófanos para el Rosales. “Pierde vigencia, efectividad y funcionalidad el hecho de que no se construyan las otras dos torres. El Rosales va a seguir estando sobresaturado y no va a poder brindar un buen servicio al país”, sentencia.

En septiembre de 2021, el ministro de Salud se trasladó a los terrenos del exhospital de Maternidad, sitio escogido para construir la nueva consulta externa del Rosales, para dar una conferencia de prensa. Habló de la “renovación total del Rosales” en dos fases, pero solo ahondó en la primera, la consulta externa de especialidades a construir en un edificio de cinco niveles (cuatro en el nuevo plan de la DOM conocido un año después) y un área de 160 camas. Planteó una inversión de unos $50 millones tomando en cuenta la obra y el equipamiento, y omitió referirse a las otras construcciones.

Para Espinoza, la consulta externa así descrita no compensa lo descrito en el plan anterior. “Un cuarto nivel en esa torre es imposible que contenga todo lo que supuestamente debían contener los otros edificios que no se harían”, aclara en referencia al plan original de una torre de tres niveles.

A partir de entonces, el ministro Alabí apenas se ha referido al tema del Rosales en las entrevistas y eventos en los que ha participado. Tampoco lo hizo cuando en febrero de 2022 anuló la primera licitación en su etapa final, con cuatro ofertas económicas sobre la mesa, y resolvió que los procesos de contratación pasaran a manos de la DOM.

La modernización del centenario hospital es una de las principales obras de inversión pública de la gestión del presidente Nayib Bukele y el proyecto más importante del quinquenio en materia de salud.

Sin explicación
Para esta obra, el presupuesto asciende a $52 millones, una cantidad que supera en casi $23 millones el monto de la primera licitación lanzada en febrero de 2021 y anulada un año después. Si bien la primera obra contemplaba cinco niveles, el área de construcción era menor, apenas 30,355 metros cuadrados.

Otra diferencia sustancial es que la elaboración del diseño estaba incluido en el monto de la primera, no así en la actual. De hecho, se desconoce qué institución financia y realiza el diseño de la consulta externa. “El BID no ha financiado el diseño”, contestó el banco a la consulta de este medio. También se le solicitó a la DOM y respondió que no cuenta con esa información.

Como sea, la práctica de usar otros fondos para proyectos que ya tienen asignados unos -en este caso del BID- debe ser cuanto menos sospechosa. Así lo considera Carlos Palomo, presidente de la Asociación Transparencia, Contraloría Social y Datos Abiertos (Tracoda). “Cuando no se sabe qué fondos se han utilizado para ejecutar o contratar cierta actividad o producto, se puede estar frente a un caso de mal uso de recursos y ahí es importante que la Corte de Cuentas ejerza su papel de entidad fiscalizadora”. 

Admite que aunque es difícil saber exactamente qué procedimiento tuvo que haber hecho la DOM, pues tiene una ley de adquisiciones diferentes al resto de instituciones, no por eso pueden saltarse ciertos mecanismo básicos de control. “Siempre debe buscarse la mayor competencia y transparencia posible en estos procesos de contratación, aún si la ley permite compra directa”, asegura.

El préstamo del BID se ratificó en junio de 2018 y el tiempo de ejecución es para cinco años. De ese periodo, han transcurrido prácticamente cuatro años y medio, tres y medio de la administración de Nayib Bukele. A las puertas de su vencimiento, la pregunta es si el Gobierno será capaz de dar inicio a la primera y única torre médica que se construirá con esos fondos

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