Diputado Rodrigo Ayala critica la baja producción agrícola en el pasado, pero omite que en la gestión actual está peor

por Gabriela Castellón Fajardo

Para el legislador de Nuevas Ideas, el Gobierno de Nayib Bukele recibió una producción agrícola “destrozada”. No obstante, los datos del Ministerio de Agricultura revelan que la cosecha anual promedio de granos básicos en las dos gestiones anteriores fue superior a la actual: un 3.8% (2014-19) y un 5.7% (2009-14). También cayó la producción de frutas y hortalizas en este periodo. Por tanto, la información del diputado es engañosa.

“El órgano Ejecutivo (…) encontró destrozada la producción (agrícola) de El Salvador, cosa que no cae en las manos del actual Gobierno, sino en el pasado…”. Con estas palabras, el diputado de Nuevas Ideas, Rodrigo Ayala, se refirió a la situación del agro en el marco de la prórroga a la Ley Especial Transitoria de Combate a la Inflación de Precios de Productos de la Canasta Básica, aprobada por primera vez en 2022, en la plenaria del 19 de marzo.

Voz Pública comparó la producción agrícola de los cuatro años de Nayib Bukele con las gestiones de los expresidentes Elías Antonio Saca, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. La cosecha de granos básicos es menor en la administración actual que en las dos anteriores del FMLN si bien supera la de la última gestión de Arena. También registra una caída en la producción de hortalizas y frutas, al compararse la producción actual con la del ciclo agrícola previo, el de 2018-19.

Por tanto, lo dicho por el legislador, sobre un agro “destrozado”, con insinuación de que esta gestión es diferente, entra en la categoría de información engañosa. Más allá de su valoración sobre el agro en el pasado, omite que en la actualidad está peor, tomando en cuenta los datos oficiales, con una intención de engañar. 

Baja producción
En los cuatro años de la gestión Bukele, la cosecha anual promedio de granos básicos es de 22.37 millones de quintales. En la gestión anterior fue de 23.26 millones de quintales, un 3.8% más. En el periodo de Funes, 23.73 millones de quintales, esto es, un 5.7% más. La gestión de Saca registró la más baja, con 21.09 millones de quintales anuales en promedio, un 6.1% menos que en la actual.

Unos días antes de las declaraciones del diputado de Nuevas Ideas, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la fuente de la data en esta publicación, publicó en su web el Anuario de estadísticas agropecuarias 2022-23. 

Para ese ciclo agrícola, la producción de granos básicos fue de 21.8 millones de quintales, convirtiéndose en la tercera peor cosecha de la última década. En el caso del frijol y el arroz fue la más baja en diez años, con dos millones y 310,000 quintales, respectivamente. Las malas noticias también se extendieron al maíz, el grano más importante para la población, con una producción de 17.13 millones de quintales, la cuarta menos productiva desde el ciclo 2012-13. Solo el sorgo, el último de los cuatro granos básicos analizados, tuvo un rendimiento aceptable con 2.34 millones de quintales.

Luis Treminio, presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), lamentó que se esté destinando menos área para la producción nacional de granos básicos y que se priorice la importación. “Vamos en una caída libre a la disminución de la producción nacional. Las tierras cada vez van siendo menos productivas”, dijo, y agregó que no existe una intención de parte del MAG para mejorar esta problemática.


Menos hortalizas y frutas
Esta gestión tampoco ha mejorado la producción de hortalizas y frutas. Todo lo contrario. En el periodo 2018-2019, el Ministerio de Agricultura registró una producción de 7,78 millones de quintales en la cosecha de al menos 18 hortalizas. Para el 2022-2023, fue de 6,21 millones, un 20.2% menos, siendo la más baja de esta gestión.

Con la producción de frutas, la situación a nivel nacional es similar al tomar en cuenta las 12 frutas monitoreadas anualmente. En 2018-2019, la producción fue de 8,2 millones de quintales mientras que, para el ciclo recién pasado, fue de 7,80 millones, una reducción del 5%.

Pero, además, las áreas de producción para hortalizas y frutas también han disminuido. Se pasó de 20,388 manzanas en 2018-2019 a 18,829 en el ciclo 2022-2023, para las hortalizas. La superficie destinada para las frutas también bajó de 23,978 a 20,874, en los ciclos mencionados respectivamente.

¿Importación contra la inflación?
El diputado Ayala también hizo referencia a la apuesta de este Gobierno para la importación de granos y alimentos, como medida ante la inflación. “Lo que podemos tomar ahorita como medida en contra de la inflación, en contra del encarecimiento de los productos, ya que la oferta ha caído a nivel mundial, es promover la importación, que es lo que nos queda a estas alturas, aparte de estar promoviendo también la producción nacional”, explicó.

El economista César Villalona puntualizó a este medio que “fomentar importaciones no es fomentar la producción nacional, es todo lo contrario; es generarle competencia”. 

Considera que la disposición de quitar aranceles a los alimentos no tiene impacto en la medida que los productos importados de la canasta básica no tenían tributo por importación. “Estamos con TLC con Estados Unidos y no hay arancel, ni cuota de importación sin arancel. Y con Centroamérica no existen esos aranceles”, aclaró.

Villalona también criticó la reducción al presupuesto de Agricultura por más de $30 millones. En consonancia con lo anterior, al final del Gobierno anterior, la agricultura aportaba el 6 % del PIB. “Hoy, en el último dato que yo tengo de 2023, la Agricultura aporta el 5 % (PIB). En el campo ha disminuido el empleo. Había más de medio millón en la mano de obra en 2019 y hoy no llega a 400,000”, añadió.

El representante de Campo considera que en todos los gobiernos “hubo una falta de apoyo al sector agropecuario; pero en este Gobierno aún más, por el incremento a las importaciones”.  

A diferencia de lo expresado por Ayala, afirma que la importación no ha favorecido los precios de la canasta básica y tampoco se ha promovido la producción nacional. “Las importaciones no incentivan al productor nacional ni benefician al consumidor, porque los precios siguen caros”, dijo Treminio.  

Adalberto Blanco, de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, coincide en que las importaciones no garantizan mejoras para el sector agrícola. “Por supuesto, el abrir la frontera de un país, que ya de por sí es altamente dependiente de alimento, implica debilitar aún más ya un de por sí dañado agro en el país. En ninguna parte del mundo, y en ningún momento de la historia, la apertura de fronteras en productos agrícolas ha servido para fortalecer la producción agropecuaria”, dijo.

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