Así oculta Salud las muertes por dengue

por Javier Urbina

El dengue mató a más niños que los ocho registrados oficialmente. Una investigación de Voz Pública documenta 21 muertes entre el 23 de mayo y el 20 de agosto. Niños a los que el sistema de salud, el público y el privado, les falló. Como a los cinco tratados en el Seguro Social que llegaron moribundos al hospital Bloom. 

Las familias consultadas de 11 de las víctimas relatan la misma historia. Hablan de hijos, sobrinos y nietos con fiebre que deambulan por centros de salud y hospitales, y los regresan a casa. Un día y al otro, hasta que el dengue entra en la fase aguda y ya es tarde. Denuncian que a sus lugares de residencia, casi todos urbanos, las bombas de fumigación llegaron hasta que el niño enfermó o murió. 

Las autoridades omiten la palabra “dengue” en la causa de defunción de varios de los fallecidos pese a que se les diagnosticó, trató y fallecieron con signos evidentes de la enfermedad. En su lugar ponen “infección viral no especificada”. Para maquillar el impacto, dicen los pediatras consultados, los pocos que vencen el ambiente de miedo que envuelve al sector.

El 21 de junio fue uno de los días más negros del brote de dengue que golpea a El Salvador. El Ministerio de Salud escogió esa fecha para anunciar la primera muerte en cinco años. Lo que no dijo es que en  esa jornada murieron dos niñas de 10 años también por dengue en el Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom. Habían llegado en un estado de salud tan delicado que sus cuerpos no resistieron más allá de las 48 horas siguientes a su ingreso. 

Una de ellas era de Santo Tomás, San Salvador, y venía referida de urgencia del Hospital Pediátrico. Como no había camas disponibles, esperó cinco largas horas sentada hasta que se desocupó una. “Puede ser que la mejor tecnología esté en el Bloom, pero no hay atención… Si a mi niña nunca la pasaron porque no había una camilla desocupada”, cuenta la abuela.

La otra era de Santa Ana. Su familia luchó una semana y media sin éxito por hallar una respuesta a su estado de salud. Primero, consultó a dos médicos privados. Al empeorar, la llevó a dos hospitales públicos hasta que acabó en el tercero y último, el Bloom, adonde llegó con el corazón ya maltrecho.

Voz Pública documenta la muerte de 21 personas por esta infección viral en poco más de tres meses, una cantidad que casi triplica las ocho confirmadas públicamente por el Ministerio de Salud hasta el 6 de septiembre. De la última informó este día el ministro de Salud, Francisco Alabí.

Este medio tuvo acceso a la causa o causas de la defunción de cada paciente y consultó a especialistas sobre el tema. También conversó con los familiares de 11 de las víctimas quienes confirmaron el diagnóstico de dengue, denunciaron deficiencias en la atención recibida y la ausencia de medidas contra el mosquito que transmite el virus en sus comunidades. La frase “hasta que el niño enfermó o murió llegaron por primera vez a fumigar” se escuchó en casi todas las entrevistas.

El subregistro de muertes por dengue se observa desde el inicio. Salud confirmó el primer caso, sin dar detalles, el 21 de junio. Para entonces, habían fallecido seis menores y un adulto. Este último era un joven de 22 años de Ilopango, San Salvador, que murió en el Hospital Nacional de San Bartolo a finales de mayo. En la causa del deceso se lee “dengue con signos de alarma”. De la primera víctima anunciada por las autoridades, este medio confirmó que se trataba de un niño de ocho años de Ciudad Delgado, San Salvador. La familia lo había llevado a una clínica y a un hospital privado, antes de ser ingresado en el Bloom.

Ocho años en promedio
Las alarmas se activaron en el servicio de la Máxima Urgencia del hospital Bloom la madrugada del 23 de mayo, a eso de las tres. Acababa de fallecer un joven de 13 años de San Pedro Perulapán, en Cuscatlán. La causa fue dengue hemorrágico y así quedó registrado. Esta es la primera muerte de la que tiene registro este medio. La última corresponde a una niña de nueve años de Monte San Juan, también de ese departamento, que murió el 20 de agosto.

En cuanto a sexo y edad, hay 11 niñas y ocho niños hasta los 13 años, además de un adolescente de 16 y un adulto. El promedio de edad es de poco más de ocho años. La paciente más joven tenía dos meses de nacida, era de Armenia, Sonsonate, y murió el 30 de julio. 

Casi la mitad de los fallecidos, nueve de los 21 (45%), provenían del departamento de San Salvador. Del occidente eran seis más: tres de Santa Ana, dos de Sonsonate y uno de Ahuachapán. Cuscatlán, pese a ser el departamento menos poblado de los mencionados, registró tres muertes; de La Paz eran dos y uno más de La Libertad. Este medio conoció también varios casos en el oriente del país, pero no se pudieron confirmar. 

Por meses, mayo cerró con los dos mencionados. En junio y julio se registraron seis cada uno y, en agosto, siete decesos. 

“Infección no especificada”
En 14 de los 21 casos documentados por Voz Pública aparecía la palabra “dengue” como la causa de la muerte del paciente. Los ocho familiares de esas 14 víctimas entrevistados confirmaron el diagnóstico. En los otros siete casos, el motivo del deceso no decía “dengue”, aparecían tres y cuatro causales distintas, y una que se repetía en todos: “infección viral no especificada”. 

“En El Salvador tenemos dos epidemias: el dengue y la infección viral no especificada”, apunta un pediatra del principal hospital infantil. Planteaba así una forma de ocultar el dengue como causa de letalidad en los pacientes. Por su especialidad, le toca examinar niños en el estadio grave del dengue, con afectaciones en órganos vitales. 

Dos especialistas más confirmaron a este medio que a los médicos residentes, doctores que están en proceso de formación para ser pediatras, se les ordenó que no incluyeran “dengue” como causa de muerte. 

En julio y agosto hay registro de siete niños que fallecieron por una “infección viral no especificada”, seguida de padecimientos como miocarditis, insuficiencia renal, hepática, entre otros. A todos se les diagnosticó y trató por dengue, además de que perecieron con los síntomas propios del choque, la fase más grave. 

Un pediatra y epidemiólogo que trabajó por años atrás en el Bloom ve factible que sea una forma de ocultar el impacto del brote. “Se pueden dar errores en el registro de la causa de defunción por parte de los residentes o, lo más probable, que se esté ocultando la causa básica de defunción, que es la que exige la OMS que sea consignada”, apunta el especialista, a quien le recuerda el subregistro en la pandemia de la COVID-19.

“Cómo va a ser una infección viral no especificada cuando el paciente ingresó por dengue y se termina reportando como causa básica una miocarditis (inflamación del músculo cardíaco, común en las infecciones por dengue). Con intención o no se está ocultando una muerte debido al dengue”, asegura.

La causa de defunción sorprendió a una madre de Guazapa, San Salvador, que perdió a su hijo de ocho años el 14 de julio. Desde el día uno le diagnosticaron dengue y así lo vieron en los distintos niveles de atención. Las últimas horas que pasó en el Bloom presentó sangramientos y daños en varios órganos, afectaciones propias de la fase aguda de la enfermedad. De la camilla colgaba un papel que decía “dengue”. El acta de defunción, sin embargo, indicaba “infección viral no especificada”.

Voz Pública confirmó con información del propio hospital infantil, entrevistas a doctores y a las familias que a estos siete pacientes se les diagnosticó dengue y se les trató por esa infección viral.

Las alcaldías tampoco registran muertes por dengue en las actas de defunción. Este medio solicitó a 31 municipios el siguiente detalle de los fallecidos entre el 1 de mayo y el 20 de julio. Con la información recibida se constató que la menor del distrito de Santo Tomás, que falleció por dengue grave en el hospital Bloom el 21 de junio, aparece en el registro de la municipalidad con el siguiente diagnóstico: “choque cardiogénico, más miocarditis no especifica, más fiebre no especifica”.

  

El recurso del miedo
El presidente del Colegio Médico, Iván Solano Leiva, reaccionó al tema central de la investigación. Son preocupantes estos hallazgos. En los corredores de los hospitales no todos dan credibilidad a los datos vertidos por el Ministerio de Salud. Para los colegas, poder hablar es bien difícil porque en nuestro sistema de salud actualmente existe una política de terror”. 

Voz Pública realizó este trabajo con el apoyo de media docena de especialistas. Los que rechazaron hablar por miedo fueron algunos más. 

La última encuesta de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), realizada a mitad del año, revela que el temor a expresarse está presente en la ciudadanía. Entre los hallazgos destaca que el 65% de las personas considera “muy probable o algo probable” que alguien pueda sufrir consecuencias negativas por expresarse de forma crítica sobre el gobierno.

A Óscar Picardo, investigador de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), no le sorprende la estadística. “En términos generales se ha creado una atmósfera de miedo institucionalizado en el país que ha invadido todos los sectores, el académico, político, cultural,…”, describe el docente.

Los despidos de empleados por reivindicar sus derechos o por apoyar a otros han contribuido a ese ambiente en el sector, otrora uno de los más combativos en la defensa de lo público.

Seguro Social en la mira
¿Dónde llevaron a consulta a los niños? ¿En qué condiciones llegaron al Bloom? De las 11 familias visitadas, cinco optaron por acudir al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). En concreto, el Hospital Amatepec y las unidades médicas de Apopa, Cojutepeque y Soyapango. En tres casos, toda la atención la recibieron en centros de la institución. En otro, el paciente pasó consulta en varias clínicas del Seguro, y cuando su salud se agravó, la familia lo trasladó al Hospital de Cojutepeque. En el último, la familia llevó a la niña al Seguro al inicio de los síntomas y al final, ya grave. Estos cinco niños apenas sobrevivieron 24 horas en el hospital Bloom.  

El caso de Guazapa ilustra quizás como ningún otro la cadena de deficiencias en la atención. Cuando la familia llevó al pequeño por tercera vez a la Unidad Médica del ISSS de Apopa, ya no se tenía en pie. “El niño daba dos pasos y se me iba, como que se le bajaba la presión, estaba heladito”, recuerda la madre. En esas condiciones, pese a que llegaron temprano en la mañana, lo atendieron hasta las dos de la tarde. Lo ingresaron y el examen de plaquetas le salió muy bajo. Como a las seis, le dijeron que debían llevarlo al Bloom, que ahí no podían hacer más. En esas condiciones, el menor esperó cinco horas, hasta las 11 de la noche, para ser trasladado. Nueve horas después, falleció.

Una abuela que perdió a su nieta de nueve años en agosto resume el sentir de los otros. “El error que tuvimos fue no llevarla a un privado, confiamos en los dos doctores del Seguro. El doctor (del Bloom) les explicó que el dengue le había hecho estragos en su cuerpecito y que hasta los pulmones los tenía mal”, afirma la señora de Monte San Juan, en Cuscatlán.

Escuela en distrito Monte San Juan, donde estudia la niña que sobrevivió al dengue.

Otra vecina de la localidad tuvo más suerte. Su hija de ocho años empezó un día con fiebre y al siguiente la llevó a consulta al Seguro Social de Ilopango. Le hicieron exámenes, la hidrataron y la mandaron a casa. “Estando en casa seguía con fiebre, hasta 39 le llegó. Me fui de nuevo en la noche, le pusieron suero y me la dieron de nuevo. Me vine como a las cuatro de la madrugada. No le bajó en todo el día y llegó a los 40”, relata sobre lo vivido la tercera semana de julio. 

Al regresar por tercera vez, el médico que la vio le dijo que no podían atenderla, estaba muy deshidratada y la refirió al hospital Bloom de inmediato. En San Salvador, pasó cuatro días ingresada hasta que subieron sus plaquetas y se estabilizó. La mandaron a casa luego de pasar un día sin fiebre.

El infectólogo Solano Leiva subraya la importancia de la atención temprana. “Ya de por sí un dengue en etapa crítica (…) es sumamente difícil de revertir el proceso cuando se ha iniciado, pero si yo recibo la atención inmediata y temprana, los especialistas de cuidados intensivos también pueden revertir la situación en un caso de dengue grave”.

De las otras seis familias, la mitad optó por pasar consulta en centros privados y el resto asistió a la red de salud pública. En concreto, el primer fallecido por dengue confirmado había sido referido de un hospital privado y previamente había consultado en una clínica particular, donde le diagnosticaron fiebre tifoidea.

En su mayoría, las familias visitadas viven en zonas urbanas o suburbanas, algunas tienen negocios propios o los padres tienen un trabajo formal. Eso explica, en parte, la menor afluencia al sistema de salud pública en las primeras consultas. 

Dudas con la prevención
El dengue es una infección viral que se transmite por la picadura de un zancudo infectado. El mosquito no nace con el virus, lo adquiere al picar a alguien enfermo. Por el resto de sus días, el mosquito hembra, que es el que se alimenta de sangre humana, será portador y un potencial transmisor.

Para prevenir, los esfuerzos se focalizan en combatir al vector que lo transmite. Las tareas de fumigación acaban con el mosquito adulto cuando vuela. Es la estrategia más visible, pero menos eficaz que, por ejemplo, eliminar depósitos inservibles que puedan almacenar agua lluvia y evitar así que el mosquito deposite sus huevos e inicie su ciclo reproductivo. En pilas y barriles donde se almacena agua por días es conveniente colocar abate, el larvicida más común.

Diez de las 11 familias entrevistadas, todas salvo la que reside en la colonia Quiñónez de San Salvador, lamentaron la falta de medidas de prevención en los lugares de residencia, casi siempre refiriéndose a la fumigación. Una vecina de la familia de Ciudad Delgado que perdió a un hijo por dengue exclamó que “antes de la muerte no hubo ninguna campaña de prevención, fue después (que vinieron)”.

En la colonia Bosques del Río, Soyapango, una abuela asegura que llegaron a fumigar la vivienda el mismo  día que su nieta falleció, el 7 de agosto. “Antes no habían fumigado. Yo llamé a un representante de la directiva de aquí, hablé a otro, que es un emprendedor de la alcaldía, pero no pusieron manos y aquí ya había casos de dengue”. 

Como parte del protocolo, las autoridades se presentan a fumigar la casa y los alrededores de una persona que sale positiva a dengue. El motivo es acabar con el mosquito adulto que está infectado por el virus.

En Guaymango, Ahuachapán, el familiar de una niña fallecida se lamentaba y pedía apoyo. “Nos han dejado en el olvido, esto es una plaga y está serio. En la noche hago humo para sacar estos zancudos. Necesitamos que nos ayuden”. No muy lejos, en el cantón Planes de la Laguna de Santa Ana, la tía de otra víctima también expresó su malestar. “Cuando la niña ya estaba enferma, ya vinieron a fumigar, antes no hubo nada. Y fumigaron solo aquí, a la casa”.

De este cantón, donde era una de las víctimas, lamentan la falta de medidas como la fumigación.

Desde Zacatecoluca, La Paz, la directora de un colegio comentó que en los meses de junio y julio en el centro se registraron cinco menores con dengue clásico, ninguno grave. De igual manera, cuestionó que las autoridades llegaron a fumigar hasta primero de julio cuando murió un niño de ocho años de la comunidad.

Por esos días, en la entrevista del 19 de junio, el ministro de Salud insistía en los buenos resultados de las campañas preventivas aunque, para ese entonces, había ya muertos por el dengue no oficiales. “Ha habido un incremento en los casos de dengue comparado con los años anteriores; sin embargo, hasta el momento se han aplicado todas las medidas de contención y están siendo muy efectivas”.

¿Alerta a tiempo?
Que el dengue iba a poner en jaque a los sistemas sanitarios del continente en 2024 se sabía desde el año anterior, periodo en que se registró un récord de contagios por el virus, y se confirmó en febrero pasado con el primer aviso de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Alertaba de un aumento exponencial de los casos en las primeras semanas y llamaba a los países a “intensificar los esfuerzos y acciones de control del mosquito Aedes aegypti (principal vector transmisor)”.

El 24 de mayo, la OPS emitió una alerta epidemiológica ante la alta circulación del virus del dengue en la región, y reiteró el llamado a los servicios de salud para garantizar un manejo clínico adecuado.

Voz Pública revisó las entrevistas de radio y televisión del ministro de Salud en el primer semestre del año. En general, el dengue no fue un asunto importante en la comunicación de ese ministerio. De los 11 espacios a los que asistió el ministro, en seis no se tocó el tema. En los que sí, se aprovechó el tiempo para hablar de logros como que El Salvador estaba por cumplir cinco años sin muertes por dengue y que seguía en la zona de éxito del corredor epidemiológico gracias al trabajo en el control del zancudo. 

El Ministerio de Salud decretó una alerta epidemiológica hasta el 2 de julio y, un día después, las autoridades de Protección Civil la secundaron con una alerta roja por dengue. En su comunicado de prensa se indica que “los índices de letalidad se han mantenido en niveles bajos, lo cual significa el manejo clínico más exitoso en la región, atribuidas al adecuado y temprano abordaje del paciente”.  Para ese entonces, Salud hablaba de tres muertes por dengue. De acuerdo con esta investigación, eran ya ocho las personas fallecidas.

Comunicado de Protección Civil con motivo de la declaración de la alerta.

Muerte por dengue
¿Cómo se determina una muerte por dengue? En distintas entrevistas, el ministro Alabí ha hecho énfasis en la prueba PCR (reacción en cadena de polimerasa), un examen molecular que analiza si hay material genético del virus del dengue en una muestra de sangre. “Cada una de estas letalidades fue confirmada por PCR… La prueba PCR nos puede decir con facilidad si un paciente es o no dengue y eso no lo dice El Salvador, lo dice la literatura internacional, lo avala la Organización Mundial de la Salud (OMS)…”, reitera el funcionario en las entrevistas.

Los lineamientos técnicos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de El Salvador (Vigipes) indican, en sintonía con las palabras del funcionario, que todo caso confirmado tiene que tener la prueba positiva a RT-PCR tomada en los primeros cinco días al inicio de los síntomas. El instructivo no abre la posibilidad a otro tipo de pruebas ni aclara qué hacer en el caso de que la muestra no se haya tomado en ese periodo. 

Además de la PCR, hay otros exámenes en sangre, como la prueba de anticuerpos, que tiene el mismo objetivo: identificar si hay proteínas (anticuerpos) que produce el sistema inmunitario para combatir el virus u otros patógenos. Estas pruebas rápidas determinan la presencia de los anticuerpos IgM e IgG del virus del dengue. También está la que detecta el antígeno NS1 del dengue.

A juicio del epidemiólogo Alfonso Rosales, la confirmación de una muerte por dengue, según la OMS, requiere de la combinación de tres factores: criterios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio. Los primeros se refieren a los síntomas y signos clínicos del paciente, los siguientes a la ocurrencia de la muerte en zonas de brote por dengue (una situación que se vive actualmente en las Américas) y, por último, las pruebas que incluyen la detección como la NS1, PCR y aislamiento viral. “Estos criterios en conjunto, según OMS/OPS, nos permitirán clasificar una muerte causada por dengue”, aseguró el especialista. 

El ministro estaría diciendo una verdad a medias al tomar en cuenta uno de los criterios establecidos. “Creo que en las declaraciones del ministro como que se le ha olvidado, me parecería un poquito raro que las normas que tiene por escrito el Minsal solamente tengan el criterio de laboratorio”, añadió Rosales.

Otro epidemiólogo, que prefiere no ser citado, plantea que en el contexto de brote de dengue, la confirmación de laboratorio es deseable, pero no esencial. La definición de dengue grave es aquel paciente que tiene dengue sin signos de alarma (fiebre y dos más que pueden náuseas, dolor de articulaciones, rash,…) o con signos de alarma (dolor abdominal, vómitos persistentes, letargo, inquietud…), además de uno o más de los siguientes síntomas: fuga de plasma, que conduce al síndrome de choque por dengue, que causa una acumulación de líquido y dificultad respiratoria; hemorragias graves y, por último, afectación de órganos como el hígado, el sistema nervioso (alteración de la consciencia), el corazón y otros.

“Si ya estamos en un paciente con dengue grave, como se supone que en algún momento estuvieron los fallecidos, y si estos estuvieron chocados o tuvieron derrames pleurales o derrames peritoneales, entonces ya la confirmación por laboratorio no es absolutamente necesaria para declararlo como caso altamente probable de dengue o  muerte por dengue”, apuntó el epidemiólogo.

El infectólogo Iván Solano Leiva plantea que la PCR no es la única prueba para descartar o confirmar si una persona tiene dengue. “Por eso Guatemala dice que todo caso sospechoso, que cumple ese criterio, y tiene una prueba de dengue positiva ya sea el NS1, o bien tiene anticuerpos positivos para dengue sobre todo el IgM o bien una PCR, eso es dengue”, aseguró.

El Ministerio de Salud, como otras instituciones del Estado, se ha caracterizado por la falta de transparencia y la reserva de información desde 2019. El manejo del dengue sigue esa política y prueba de ello es lo que se publica sobre esta enfermedad. Salud registra 589 casos confirmados de dengue, 28 graves y ocho fallecidos. Obvia datos como el rango de edad de las víctimas y el lugar de origen.

En el boletín epidemiológico, que mide semana a semana el comportamiento del dengue, se observa que El Salvador siempre se mantuvo entre el rango de éxito y seguridad, algo que extrañó a epidemiólogos como Wilfrido Clará, quien reaccionó en X al declararse alerta roja. “¿Alerta roja por dengue en El Salvador con el número de casos en zona de seguridad?… Algo no cuadra”.

En otro tuit del 23 de agosto, vuelve a poner en duda la información oficial y la compara con los países vecinos, con cifras de impacto del dengue mucho mayores.

Guatemala y los 100 muertos
El país vecino alcanzó la cifra de 100 fallecidos hasta el 24 de agosto, según confirmó a Voz Pública el área de comunicaciones del Ministerio de Salud a través de un cuestionario que se compartió, el cual se reproduce en parte a continuación.

– ¿Cuál es la situación del brote de dengue (están en epidemia o brote epidémico) en Guatemala?
Guatemala se encuentra en un período de brote de dengue, en el que hay al menos cinco veces más casos que a la misma fecha del año pasado.

– A la semana 32, ustedes registraban 96 muertos confirmados y 42 pendientes de confirmar, ¿es correcto?
A la semana 34, correspondiente al 24 de agosto, se registran 80,234 casos: 81% (65,178) corresponde a dengue sin signos de alarma y un 18% (14,653), dengue con signos de alarma. Se reporta una letalidad del 0.12, es decir, 100 fallecidos. 

– Para ustedes, la confirmación de un caso de dengue y también de una muerte por dengue, ¿depende de una prueba PCR? 
No

– En caso de brote, la OPS entiendo que dice que la prueba PCR es importante, pero no es imprescindible para confirmar casos, sino que basta con que se den algunas de las condiciones propias del choque por dengue (derrame pleural…), ¿cómo lo manejan ustedes?
En Guatemala, el personal de salud, siguiendo la recomendación de OPS/OMS, el diagnóstico que se hace de dengue es clínico. Aquellos pacientes que fallecieron sin obtención de muestra para análisis de laboratorio (IgM, NS1, PCR), se toma en cuenta únicamente criterios clínicos y epidemiológicos para su clasificación final, a través de un comité local. Sin embargo, cuando hay dudas, sí se hace una prueba de PCR.

A diferencia de El Salvador, las autoridades sanitarias de ese país publican una información más amplia y detallada sobre el dengue, incluyendo datos básicos como el género, el rango de edad y los departamentos de procedencia de los casos confirmados y fallecidos por la enfermedad.

El Ministerio de Salud reporta oficialmente dos casos graves de dengue entre el 28 de julio y el 23 de agosto, el periodo que coincide con las cuatro semanas epidemiológicas. En ese tiempo, el Bloom pasó días con entre 10 y 20 pacientes ingresados por dengue, la mayoría en estado grave. Este medio documentó que en ese periodo en concreto murieron nueve niños por dengue, así consta en la causa de defunción de cada uno de ellos, a las que este medio tuvo acceso, y confirmaron algunos de los familiares a los que se tuvo acceso.

De la colonia Bosques de Río de Soyapango era una de las víctimas, una niña de cinco años que pasó consulta en varios centros públicos de la zona, hasta que llegó a morir al Bloom. El martes 6 de agosto le habían diagnosticado dengue “sin signos de alarma” y al día siguiente falleció en el Bloom. 

“Lo bueno fuera es que se hiciera público, no por nosotros, por los demás niños que se están muriendo prácticamente porque no los están atendiendo. Imagínese cuánto llevamos con el dengue y en la televisión sale y están diciendo que solo van siete, es mentira. Cualquier persona con cuatro dedos de frente sabe que es falso”, afirma el abuelo de la menor.  

Sin respuesta
Este medio intentó conocer la versión del Ministerio de Salud sobre el tema planteado en la investigación. Se llamó tres días consecutivos a la Unidad de Comunicaciones de dicha institución. El lunes 2 de septiembre, la persona que contestó pidió que llamáramos en cinco minutos mientras gestionaba “con quién nos podía comunicar” para que atendiera la consulta. Se insistió en tres ocasiones, pero ya no respondió. Al día siguiente, ocurrió lo mismo. Ayer tampoco contestaron.

También se buscó la opinión del Seguro Social este mismo día a través de la Unidad de Comunicaciones. Se mandó un correo a la jefa de esa área, pero no se obtuvo respuesta.

En estas historias no se releva la identidad de las víctimas ni de sus familiares. En las entrevistas, salvo dos en las que las madres quisieron estar presentes, se conversó con familiares de segundo grado que vivían en el propio hogar o cerca de él.

Voz Pública tuvo acceso al registro de la causa de muerte de cada uno de los 21 pacientes en los hospitales Bloom y San Bartolo. Por motivos de seguridad de las fuentes no se hacen públicos.

ESTE MEDIO CONVERSÓ CON FAMILIARES DE 11 DE LAS VÍCTIMAS Y ESTE ES EL DRAMA QUE VIVIERON
AQUÍ PUEDES LEER LA HISTORIA DE CADA UNA

Edad: 8 años
Sexo:
Masculino
Fecha de defunción:
15 de junio
Localidad:
Ciudad Delgado, San Salvador Centro
Detalles: Pasó consulta en una clínica particular y luego en un hospital privado, donde su estado de salud se agravó.


Cantón Plan del Pino, Ciudad Delgado, San Salvador Centro. El Ministerio de Salud confirmó la primera víctima de dengue el 21 de junio. Este medio averiguó que corresponde a un menor de ocho años de San Salvador.

Un familiar cuenta que el 5 de junio lo llevaron a pasar consulta a una clínica privada. En ese momento, el doctor le diagnosticó fiebre tifoidea. “Se les agravó y lo llevaron a un hospital privado, y ahí empezó a vomitar sangre. Entonces, a la mamá le dijeron que lo tenía que remitir al Bloom”, afirma uno de ellos.

A diferencia del dengue, la fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria, la Salmonella Typhi, que se suele transmitir a través de agua y alimentos contaminados. La infección del dengue es de origen viral y se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti, que es portador del virus.

El menor permaneció cinco días ingresado en el principal hospital infantil hasta que falleció el 15 de junio, a eso de las cuatro de la tarde. “El niño era sano, fue algo repentino”, recuerda un familiar cercano.

Una vecina de la familia lamenta la falta de medidas implementadas para prevenir la proliferación del mosquito transmisor del dengue en la zona. «Antes de la muerte no hubo ninguna campaña de prevención, fue después de eso (que vinieron)”, recuerda.

Por protocolo, cuando hay un caso sospechoso o confirmado de dengue, las autoridades fumigan la zona de contagio y los alrededores para acabar con el mosquito adulto, que puede estar infectado del virus. Hay que recordar que el zancudo no nace con el virus, lo adquiere al picar a una persona enferma. Cuando eso sucede, lo trasmite a otras cuando pica para alimentarse de sangre.
Edad: 10 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 21 de junio
Localidad: Santo Tomás, San Salvador Sur
Detalles: Ingresada en el Hospital Pediátrico del 18 al 20 de junio. Espero cinco horas una emergencia por falta de camillas


Comunidad “El Terrero”, kilómetro 14 1/2 de la autopista a Comalapa, Santo Tomás, San Salvador Sur. Su familia aún no asimila lo ocurrido. La abuela describe la experiencia que vivieron a partir del 18 de junio cuando ingresaron a su nieta en el Hospital Pediátrico de San Salvador.

Poco después del ingreso, en horas de la noche le pusieron suero intravenoso para elevar el nivel de las plaquetas. Estas células juegan un papel muy importante en la coagulación de la sangre.

En el caso de una infección de dengue, su nivel puede disminuir, en especial, con la variante hemorrágica. Cuando ocurre aumenta el riesgo de sangrado en el paciente.

El personal médico no logró estabilizar a la niña de 10 años y su estado empeoró en el hospital. El jueves 20, asegura la abuela, la trasladaron de urgencia al hospital Bloom.

Llegaron al mediodía al centro público, pero la sala de emergencia estaba desbordada y tampoco había espacio en las áreas de cuidados intensivos, donde se ingresan a los pacientes más delicados. La menor tuvo que esperar cinco horas sentada en una silla hasta que fue atendida.

“Puede ser que la mejor tecnología esté en el Bloom, como dijo el doctor, pero no hay atención, medicina,… Si a mi niña
nunca la pasaron porque no había una camilla desocupada”, cuenta la señora.

En sendas entrevistas en abril y julio, el ministro de Salud, Francisco Alabí, negó que hospitales como el Bloom estuviesen saturados y, en ese momento, calificó ese cuestionamiento por parte de algunos sectores como una desinformación y una alarma innecesaria.

Al día siguiente de ser ingresada, la nieta falleció a las cuatro y veinte minutos de la tarde. “Fue muriendo ella y, justamente, la pasaron a una camilla de hierro. Alguien dijo ‘venga el siguiente, que aquí está la camilla desocupada‘”, explica la abuela. 

“En el papeleo está que fue dengue hemorrágico”, apunta la señora.

El Ministerio de Salud confirmó la primera muerte por dengue en el país ese mismo día. Por eso, algunos vecinos consultados creían que ese caso era de la zona.
Edad: 10 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 21 de junio
Localidad: Planes de la Laguna, Santa Ana Centro
Detalles: El primer médico le diagnosticó una infección bacteria. El segundo, dengue aunque su estado era ya delicado.


Cantón Los Planes de La Laguna, Santa Ana, Santa Ana Centro. A la madre la mandaron a llamar de la escuela porque su hija
tenía fiebre y se sentía mal. Era viernes 7 de junio.

Como el fin de semana no mejoró, el lunes temprano la llevaron a pasar consulta a la unidad de salud del cantón donde vivían. El médico que le atendió le dejó unos exámenes y la mandó para casa.

La niña no mejoró y entonces acudieron donde una doctora privada. Le diagnosticó una infección (bacteriana) y le recetó antibióticos por cinco días. Cumplido el tratamiento, la pequeña seguía mal y la llevaron a otro privado, esta vez en El Congo.
Le dijo que la pequeña tenía dengue y le recetó acetaminofén (paracetamol). Nada más. Una tía recuerda que el martes 18, coincidiendo con el aviso de Protección Civil por temporal, regresaron donde el doctor. Para entonces, su salud se había agravado notablemente. Le puso suero intravenoso y les pidió a los padres que fueran al hospital cuanto antes.

“Primero la llevaron al Seguro Social, luego la remitieron al Hospital San Juan de Dios (en Santa Ana) ya en estado de gravedad. Ese mismo martes la trasladaron al Bloom”, relata la señora.

La madre contó a la familia que su hija amaneció intubada el 19 de junio. “Ese día en la tarde le empezó a fallar el corazón,
ya funcionaba al 40%. Como a las 11:30 (de la noche) del jueves 20 me llamaron y me dijeron que estaba trabajando solamente el 2%”, rememora de aquel día. A las pocas horas, murió.

Curiosamente, la tía recuerda que en esos días hubo momentos en que su sobrina se sentía mejor de salud. “El día que le dijeron que tenía dengue, pasó alegre y me regaló flores. El otro viernes, ya estaba muerta”, afirma.

Sospecha que la escuela pudo ser un foco de transmisión del virus. A su hija también le diagnosticaron dengue luego de regresar un día con picadas de zancudo en el cuerpo. Pasó cinco días ingresada en un hospital privado hasta que se recuperó.
Edad: 8 años
Sexo: Masculino
Fecha de defunción: 1 de julio
Localidad: Zacatecoluca, La Paz Este
Resumen: Al menor lo llevaron primero a la pediatra que lo trataba, luego decidieron llevarlo al hospital público de Zacatecoluca e inmediatamente fue referido al Bloom.


Barrio Santa Lucía, Zacatecoluca, La Paz Este. Su nieto de ocho años murió la madrugada del 1 de julio. Una muerte repentina que nos sorprendió a todos, recuerda el abuelo.

Tan pronto comenzó a sentirse mal, lo llevaron a pasar consulta con la pediatra que estaba en control. Como no mejoraba, lo trasladaron al hospital de Zacatecoluca.

La familia solicitó que lo refirieran al hospital Bloom, pero no lo hicieron. “Cuando lo quisimos sacar para llevarlo a San Salvador, no nos dejaron. El mismo día que se agravó, lo trasladaron al hospital (Bloom) como a las doce y media de la tarde”, cuenta el pariente.

Según los documentos del Ministerio de Salud, la causa de muerte fue dengue. El abuelo también lo tiene claro porque así lo trataron desde el inicio: “Fue dengue hemorrágico, no se pudo hacer nada”.

Una vecina de la familia dijo que todo pasó muy rápido. “En esa semana, el niño todavía había ido a la escuela”, cuenta la señora.

La directora de un colegio de la zona añadió que entre junio y julio les reportaron cinco casos confirmados de dengue en la institución, pero ninguno grave. Cuestionó que, hasta la muerte del niño, las autoridades sanitarias no habían llegado a fumigar al barrio una sola vez. “Como una semana después, los de Protección Civil vinieron a fumigar”, denuncia.
Edad: 8 años
Sexo: Masculino
Fecha de defunción: 14 de julio
Localidad: Zacatecoluca, La Paz Este
Detalles: La madre lo llevó tres veces a la Unidad Médica de Apopa. En la última, ya grave, espero toda la mañana la consulta.


Cantón Calle Nueva, Guazapa, San Salvador Norte. La madre del menor de ocho años recuerda que la fiebre empezó los primeros días de julio. “Las calenturas le iban y venían”. La abuela lo llevó a la Unidad de Salud de Guazapa donde le diagnosticaron dengue y lo refirieron al Seguro Social de Apopa.

“En ese lugar solo le hicieron un chequeo de 48 horas de las plaquetas, me le dieron el alta y dijeron que estaba bien, que no tenía nada”, menciona.
 
El lunes y martes, el niño asistió a la escuela, pero el miércoles, 10 de julio, amaneció con calentura y lo llevó al Seguro de nuevo. La doctora que lo atendió le dijo que “el dengue no da dos veces, pero por control le vamos a hacer examen”.

Las plaquetas le salieron en un nivel normal. Otro doctor, que también atendió al menor, dijo que era algo viral y que el niño apenas tenía nueve horas de fiebre, que con ese tiempo no podían saber qué tenía y que en tres días se le tenía que quitar.
“Lo tuvimos aquí, hidratando con sueros, y con acetaminofén cada cuatro horas”, dice la madre.

Al llegar el viernes, la fiebre había bajado, el niño se miraba bien e incluso estuvo jugando. Al día siguiente empeoró, amaneció con dolor en el pecho y en el estómago. Por tercera ocasión, lo llevó al Seguro Social. Aunque fueron temprano por la mañana, lo atendieron hasta las dos de la tarde. “El niño daba dos pasos y se me iba como que se le bajaba la presión,
se ponía heladito. Me lo ingresaron ahí: le hicieron un examen y las plaquetas las tenía a 40,000”, cuenta. 

Un recuento bajo de plaquetas se considera cuando es menor de 150,000 por microlito de sangre. Abajo de 100,000 se puede presentar dengue hemorrágico.

A las seis de la tarde ya no lo pudieron tratar en Apopa y decidieron trasladarlo al hospital Bloom. A pesar de los signos de gravedad del paciente, se tardaron cinco horas, hasta las once de la noche, para subirlo a un vehículo. Una vez en el hospital, lo ingresaron de urgencia y a la una de la madrugada del 14 de julio le pusieron un catéter en el cuello porque el corazón no bombeaba suficiente sangre.

Al amanecer, como a las seis de la mañana, una doctora le dijo que el corazón ya no aguantaba más y que lo tenían que intubar. “Me dijo el doctor que tenía la sangre ácida, que le tenían que hacer la diálisis porque no estaba orinando,
y empezó a sangrar de la nariz y de la boca”, afirma.

A las 8:30 de la mañana, murió.

A pesar de tener todos los síntomas relacionados con el dengue, en el papeleo le pusieron otro diagnóstico. “En la camilla decía “dengue”, pero en acta de defunción me le pusieron “infección viral no especificada”, cuenta sin hallar una explicación. 
Edad: 11 años
Sexo: Masculino
Fecha de defunción: 25 de julio
Localidad: Soyapango, San Salvador Este
Detalles: La familia se queja del descuido en la tención en la clínica Fosalud y en el hospital de Soyapango.


Comunidad Brisas de Madrid, Soyapango, San Salvador Este. “En el dengue no se debe perder tiempo. Si un niño presenta fiebre, evitar la automedicación y consultar oportunamente a un centro de atención”. El mensaje del ministro Alabí fue subido a Facebook por la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República a inicios de julio.

Cumplir con las indicadores anteriores, como hizo la familia, no fue suficiente para salvar la vida del protagonista de la siguiente historia, un niño de 11 años, vecino de Soyapango.

La abuela cuenta el triste desenlace que vivió con uno de sus nietos. “Ese niño era mi adoración, hubiera deseado que le pusieran atención, pero no”, relata al referirse a los centros donde le atendieron: la clínica de la colonia San Antonio de Fosalud, cerca de donde vivía, y el Hospital Nacional General y Siquiatría “Dr. José Molina Martínez”. De ambos se queja del descuido con su nieto, ya que lo mantuvieron con acetaminofén y suero.

Los seis días que pasó ingresado en dos centros hospitalarios, a la familia le informaron que el niño se trató como un paciente con dengue. En “el Molina”, como la abuela lo llama, estuvo dos días, antes de ser trasladado al hospital Bloom, como el 22 de julio donde pasó cuatro más antes de fallecer la mañana del 25.

La madre del menor le dijo que el niño iba cansado y con fiebre alta cuando lo trasladaron al Bloom. Al nomás ingresarlo, lo intubaron. “Fue llegando y a (ponerle el) tubo. Me lo rompieron no sé dónde, él nunca había padecido de eso. Dijeron que llevaba agua en los riñones”, recuerda la señora.

Con esto último, es probable que se refiera a un edema, consecuencia de una complicación del dengue, según un pediatra consultado. El edema es una hinchazón que es causado por la acumulación de líquido en los tejidos del cuerpo.
Edad: 7 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 1 de agosto
Localidad: Guaymango, Ahuachapán Sur
Detalles: En la unidad de salud le diagnosticaron dengue. La niña pasó por tres hospitales públicos.


Cantón El Escalón, Guaymango, Ahuachapán Centro. La niña asistió temprano a la escuela ese viernes 26 de julio, pero al rato la regresaron a casa porque se sentía mal. “Venía con dolor de cabeza y prendida en calentura”, afirma su hermana mayor, de 15 años.

El síntoma más común del dengue es la fiebre, una fiebre alta y repentina que suele ir acompañada de otros malestares como náuseas, sarpullido, molestias en las articulaciones o dolor detrás de los ojos.

Por razones que se desconocen, la familia esperó hasta el lunes para llevarla a pasar consulta. Recuerda que le hicieron unos exámenes en la Unidad de Salud de Guaymango y les dijeron que su hermana, de 7 años, tenía los síntomas del dengue.

De vuelta a casa, no mejoró, así que un día después la llevaron nuevamente a consulta. Las plaquetas le habían bajado a 81,000 cuando lo normal es tenerlas arriba de 150,000. “La mandaron para el hospital de Ahuachapán, donde la ingresaron.
Después, al de Santa Ana, ahí la intubaron y la llevaron para el Bloom donde falleció”, relata la hermana.

La literatura médica indica que los síntomas del dengue grave pueden presentarse un día o dos días después de que la fiebre haya desaparecido. El choque es la forma más frecuente de dengue grave causado por una fuga de plasma (escapa hacia los tejidos que lo rodean), hemorragias internas y afectación seria de órganos vitales.

A la casa llegaron a fumigar justo después de la pérdida de su hermana. “Antes no hubo nada, aquí todos estamos enfermos”, denuncia.

Un familiar de la fallecida también lamenta la falta de medidas de prevención en la zona. “Nos han dejado en el olvido, esto es una plaga y está serio. En la noche hago humo para sacar estos zancudos. Necesitamos que nos ayuden”, menciona. 
Edad: 9 años
Sexo: Masculino
Fecha de defunción: 6 de agosto
Localidad: Tonacatepeque, San Salvador Este
Resumen: Los padres lo llevaron al hospital Bloom donde estuvo ingresado casi dos meses.

Comunidad Santa Eduviges, Tonacatepeque, San Salvador Este. A la abuela del menor no le resulta fácil contar lo sucedido. Sus ojos se llenan de lágrimas al hablar de la pérdida de su nieto, el único varón de la familia.

El pequeño de 10 años ingresó el 17 de junio al hospital Bloom y falleció el 6 de agosto en la madrugada, casi dos meses después. Este caso es diferente a la mayoría de los conocidos, donde los menores llegan en un estado de salud tan grave que apenas sobreviven un día o dos.

El mismo lunes, los papás lo llevaron a hacerse unos exámenes particulares. Como el niño salió mal de los “pulmoncitos” y tenía síntomas de dengue, se fueron al Bloom. Los días anteriores había estado con vómitos y fiebre. “Lo tuvieron dos días en observación: martes y miércoles. Ya el miércoles, como a las 3 de la tarde, el niño se incomodó, le quisieron poner el oxígeno y ya no se dejó. El doctor dijo que lo tenían que entubar, porque no había de otra”, recuerda la abuela.

La intubación consiste en pasar un tubo conectado a un ventilador a través de la garganta hasta llegar a la tráquea. El procedimiento se realiza en aquellos pacientes delicados que tienen problemas respiratorios graves o no pueden respirar por sí mismos. En los casos más agudos de dengue, se tiene que recurrir a este procedimiento.

Durante la estancia, la señora dice que lo extubaron tres días, tiempo en que el menor reaccionaba al oír a sus papás cuando le hablaban en las visitas. No comprende porque le volvieron a poner los tubos, y cree que eso hizo que el niño ya no aguantase más. “A él le cayó una infección en los pulmones y eso no lo pudieron desaparecer, y fue lo que se lo llevó”, afirma con seguridad.

La abuela vio como su nieto salió de casa junto a sus padres el 17 de junio. Ese día llovía bastante. “Esperábamos que el niño iba a venir sano, se fue caminando de aquí y luego me entró en un cajón (ataúd). Cuando el niño se fue, no estaba grave, se encontraba estable”, dice desconsolada.
Edad: 5 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 7 de agosto
Localidad: Soyapango, San Salvador Este
Detalles: Familia dice que hubo negligencia médica. Tenía dengue, pero le cambiaron el diagnóstico.


Bosques del Río, Soyapango, San Salvador Este. “La niña iba con todos los síntomas de dengue, pero le dijeron que era algo viral (como restándole importancia)”. Así comienza el relato la abuela de una menor de cinco años en el que responsabiliza al personal de dos centros públicos de la muerte de su nieta.

El viernes 2 de agosto, la niña empezó a presentar fiebre. Al siguiente día, la llevó a consulta a la Unidad Médica del Seguro Social de Prados de Venecia, Soyapango. “Solo le pusieron para el vómito, le dieron acetaminofén y la mandaron para la casa. La niña iba con dolor de cabeza, de estómago, todos los síntomas, pero la regresaron”, afirma la señora.

El domingo siguió con fiebre y el lunes 5 amaneció peor. La abuela decidió ir al Hospital Nacional General y Siquiatría “Dr. José Molina Martínez”. En los exámenes, recuerda que “no salió con dengue”. Aún así, le insistió a la doctora los síntomas con la esperanza de que la ingresaran, pero fue en vano, la mandaron de vuelta a su casa.

De nuevo, el martes salieron rumbo al hospital público. Esta vez, el examen sí salió positivo a dengue y le acotaron “sin signos de alarma». “Hay un papel que le dieron a mi hija el martes donde le pusieron síntomas de dengue sin riesgo. La niña falleció el miércoles, ni 12 horas duró en el hospital Bloom”, dice desolada la señora.

La noche del 6 de agosto, la niña la llevaron de vuelta al Seguro Social, siempre en Soyapango. Iba moradita y no aguantaba el dolor. “En el Seguro se lavaron las manos. Como vieron que la niña ya iba grave, ya para morir, la refirieron para el Bloom, allá murió”, cuenta la abuela.

La madre y los abuelos, indignados con lo sucedido, quieren que el caso se haga público. “Quiero que salga a la luz para que no mueran más niños, que (tome) conciencia el gobierno que son niños, no animales, y el Seguro, que para eso se les paga. Fue negligencia de ellos”, insiste la señora.

El abuelo, que estuvo callado en la conversación, recuerda que a su nieta la llevaron tres veces oportunamente, pero no la atendieron. “Tenemos evidencias de que la llevamos a tiempo, podemos hacer las vueltas y todo, pero entre ellos mismos se protegen”, asegura.

Como en otros casos, a pesar de que a la menor la trataron por dengue y presentó la mayoría de los síntomas, en el Bloom le cambiaron la causa de muerte. “Le pusieron acidosis, que es sangre ácida; miocarditis, que el corazón ya no le latía normal; otras formas de choque e infección viral no especificada. Ellos no le quisieron poner dengue, se van cubriendo las espaldas”, relata el señor.

Dos semanas después del deceso, dos empleados de la unidad de salud (de Fosalud) más cercana llegaron a la vivienda y les admitieron que “hubo negligencia” en el manejo del caso. “Supuestamente le están dando seguimiento, la señora dijo que fue negligencia. Yo le digo que para que le andan dando tanta vuelta, pueden ir a archivo del hospital y ahí ponen quien la atendió, a qué horas y qué se hizo con ella. Pueden ir a Prados a buscar el archivo (pero) dijo que no tenían acceso ahí. Entonces, ¿Qué andan haciendo?”, cuestiona el señor.
Edad: 2 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 12 de agosto
Localidad: San Salvador, San Salvador Centro
Detalles: Aún ingresada en el ISSS de Amatepec, empeoró. Cuando un médico advirtió su estado, era tarde.


Colonia Quiñonez 1, San Salvador, San Salvador Centro. La menor se acostó con fiebre y vómitos el 7 de agosto y al día siguiente, jueves, sus padres la llevaron al Hospital Amatepec del ISSS en Soyapango, donde quedó ingresada. Su madre, consciente de la situación del dengue, acudió a la brevedad a pasar consulta.

Alguna de las pruebas en sangre que le hicieron salieron negativas a dengue, pero aún así permaneció con ese diagnóstico. “Ese sábado le volvió a salir el hemograma que no tenía dengue, pero una doctora le dijo a ella (mamá) que iban a manejar el caso como dengue”, cuenta una tía suya.

El viernes y sábado empezó a vomitar un líquido oscuro que parecía sangre. Cuando la madre consultó, le dijeron que era por el desgaste de la flora intestinal, debido a que la niña no había ingerido alimentos por la boca desde su ingreso. El domingo por la mañana le pasó lo mismo. Esta vez, el médico de turno, al observar lo ocurrido, ordenó su traslado inmediato al hospital Bloom.

La menor permaneció ingresada cuatro días en el Seguro Social y la atención, en palabras de la tía, dejó mucho que desear. “…Hasta ese momento vi que un doctor se había preocupado por la niña. (…) Siento que ellos no están capacitados para tratar el dengue. A la niña solo la tenían con paracetamol para bajarle la fiebre”.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por las siglas en inglés), agencia nacional de salud pública de Estados Unidos, recomiendan ese medicamento para controlar la fiebre y aliviar el dolor. También ingerir líquido en abundancia. No es bueno otros de uso habitual como aspirina e ibuprofeno porque podrían causar sangrados y empeorar la salud del paciente con dengue.

Nada más llegar al Bloom, la menor fue ingresada en cuidados intensivos, donde tuvo que ser intubada. Desde el primer momento les informaron a la familia que tenía daños severos en varios órganos. “Primero le fallaron los riñones, después los pulmones, luego le falló el corazón. (…) Le dieron dos taquicardias”, afirma la pariente.

María falleció el 12 de agosto. Como en los otros casos, la causa de muerte fue dengue hemorrágico. En el acta de defunción, sin embargo, la familia dijo que era otro diagnóstico: infección viral no especificada.
Edad: 9 años
Sexo: Femenino
Fecha de defunción: 20 de agosto
Localidad: Monte San Juan, Cuscatlán Sur
Resumen: En los dos unidades médicas del Seguro Social nunca le dieron ingreso. En la ambulancia aún platicaba.


Historia
Cantón San Nicolás, Monte San Juan, Cuscatlán. La abuela cuenta que su nieta de nueve años tuvo fiebre por primera vez el miércoles 14 de agosto.

El viernes, la pequeña se sentía mejor y decidieron mandarla a la escuela. Solo permaneció unas horas. Llamaron a la madre para que pasara a recogerla porque tenía temperatura.

La abuela recuerda ese día porque ella andaba por Fosalud con su otra nieta de 7 años, que también estaba siendo tratada por dengue. Como la hermana mayor no mejoraba, la madre la llevó al Seguro Social de Cojutepeque el viernes. “Llegando allá, le dijo la madre, que le hicieron un examen de sangre y de orina, y que no era dengue sino una infección en las
vías urinarias”, narra la abuela. 

Como la fiebre no menguaba, el papá decidió llevar a la mayor de nuevo a pasar consulta. Esta vez, al Seguro Social de Soyapango, según relata la abuela, descontenta con la atención recibida en el centro anterior.

Al llegar, el doctor que la atendió le preguntó al padre porque la trajo si había consultado un día antes. El papá le insistió en la fiebre y el temor de que fuera dengue aunque el doctor le aseguró que no presentaba los síntomas. “Esperen tres días, que de la noche a la mañana no le harán efecto los medicamentos. Si no se le quita, la traen de nuevo”, les dijo. 

La abuela lamenta que se atuvieron a las palabras de los dos médicos del Seguro Social. El domingo y el lunes, la nieta mejoró y no le dio fiebre. Pero el martes, en cambio, la temperatura bajó de forma preocupante (33 grados, dice ella).
 
Ese descenso en un paciente con dengue puede marcar el comienzo de la fase crítica de la enfermedad que se manifiesta en un aumento de la permeabilidad capilar (salida del plasma sanguíneo de los vasos, fuera del sistema circulatorio y hacia las cavidades del cuerpo).

La menor amaneció pálida y se desmayó. La llevaron de urgencia al hospital Guadalupano de Cojutepeque, pero no la recibieron porque no tenían pediatras. De ahí se trasladaron al Hospital Nacional Nuestra Señora de Fátima donde
le pusieron suero y, por la tarde, la refirieron al Bloom. 

“Iba platicando (la niña) en la ambulancia y llegando allá la pasaron rápido. No lo podía creer cuando los doctores dijeron que le dio un paro cardíaco y que la estabilizaron, pero le dio el segundo y ya no se libró”, relata la abuela.

“El error que tuvimos fue no llevarla a un privado, confiamos en los dos doctores del Seguro. El doctor (del Bloom) les explicó que el dengue le había hecho estragos en su cuerpecito y que hasta los pulmones los tenía mal”, añade la señora, que no se explica cómo las pruebas del Seguro Social decían otra cosa.








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