Así te engañan con el discurso migratorio

por Javier Ramón/Wendy Monterrosa

El Salvador está fuera del top 10 de países con más migrantes en la frontera sur de los Estados Unidos. Seguro que has escuchado esa frase y es cierta, pero, ¿sabías que cuando estaba en el top 3 y 4 la cantidad de salvadoreños era menor? En poco más de cuatro años de la gestión actual, cerca de 300,000 salvadoreños han sido interceptados en la frontera sur de los Estados Unidos. El comportamiento de las remesas explica la salida forzada de tantas personas.

“Después de estar en el top 3 de los países que más migrantes enviaban a los Estados Unidos… ¡Ahora no entramos ni al top 10! Falta muchísimo por hacer, Roma no se construyó en un día; pero avanzamos a pasos agigantados. Los únicos que no lo ven, son los que no quieren verlo”.

El presidente Nayib Bukele publicó el tuit el 17 de noviembre de 2022, un mes después de conocerse que 97,000 salvadoreños habían sido interceptados en la frontera sur de los Estados Unidos entre octubre 2021 a septiembre 2022, el año fiscal de ese país. Un récord en el presente siglo si no fuera porque el periodo anterior había cerrado aún peor, con 99,000 compatriotas.

Al mandatario le bastó conocer el dato de migrantes interceptados en octubre de 2022, que publica la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) cada mes, para escribir esas líneas que generaron más de 4,600 retuits y 22,300 “me gusta”.

Desde entonces, ministros, embajadores, legisladores y opinadores afines repiten como mantra las palabras del mandatario. Informar sobre migración desde el oficialismo se ha reducido a eso, a decir que “estamos fuera del top 10 ” y a una letanía de medias verdades… Lo que menos importa es cuántos migran, por qué lo hacen y si salen en mayor número que antes.


La embajadora de El Salvador en los Estados Unidos, Milena Mayorga, siguió el guion por enésima vez en la entrevista “Las cosas como son”, de Natan Vaquiz, el 14 de agosto. “El tema número uno que a los Estados Unidos les interesa es el migratorio. El Salvador está mostrando una reducción histórica. Estamos fuera de los diez países que más envían gente a la frontera sur cuando El Salvador estuvo en tercer lugar por mucho tiempo”, afirmó. No se detuvo ahí. “Fue una estrategia de seguridad que marcó un antes y un después (en la migración). Pero también otras estrategias, la recuperación económica después del covid…”, añadió sobre las razones sin dar detalle alguno.

¿Por qué es engañoso este mensaje? Voz Pública incluye en esa categoría aquellas informaciones que contienen datos ciertos y omiten otros con una intención clara de confundir o engañar al usuario.

Lo que no se cuenta en el discurso oficial sobre migración

1. Una lista de países no es un indicador migratorio
2. El año fiscal 2022, un periodo de récord
3. La información de CBP es una variable más
4. No solo El Salvador reduce la migración
5. Migran más por falta de empleo y pobreza
6. El efecto del flujo migratorio en las remesas

Voz Pública tomó los datos anuales de los salvadoreños detenidos en la frontera desde 2007 y el lugar de El Salvador en la lista de países que más migrantes enviaban al norte cada año. La gráfica resultante muestra que, hasta 2022, El Salvador siempre se ha ubicado en el tercer o cuarto lugar, un puesto en disputa con Honduras.

La clasificación del país no es un reflejo del flujo de migrantes, como dejan entrever el presidente Bukele y el resto de funcionarios. El Salvador ha ocupado el tercer o cuarto puesto en el listado de países con 13,000 y 14,000 interceptados en la frontera sur. En cambio, en 2022, el país se ubicó en el octavo lugar con 97,000.

De hecho, este año, el del “avance a pasos agigantados”, se estima que cierre con 57,500 salvadoreños detenidos. Hasta julio, a falta de dos meses, el registro es 47,900. Es cierto, El Salvador sale del top 10 de países, pero la cantidad de migrantes es superior a cualquier año anterior a esta administración salvo dos: 2014 y 2016, con 66,000 y 72,000, respectivamente. El 2014 se recuerda por la crisis de los niños migrantes llegados desde del Triángulo Norte -Honduras, Guatemala y El Salvador-.

Amparo Marroquín, profesora de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, lo explica así. “El salir del top 10 no tiene que ver tanto con bajar la cantidad de migrantes, que es posible que haya bajado un poco, si no con que la migración de otros países ha subido, empezando por Nicaragua, que no era un país con migración hacia EE. UU. y ahora lo es. Esto cambia el listado del top 10”, afirma la investigadora.

Hasta 2019, la frontera sur era la puerta de entrada casi exclusiva para los migrantes de los países del Triángulo Norte y México. Esas nacionalidades concentraban arriba del 95% de migrantes detenidos. Desde ese año, empiezan a llegar ciudadanos de lugares tan dispares como Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua en mayor número cada año. Que esos países ocupen la parte alta del listado no quiere decir que los salvadoreños migren en menor número.


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Es cierto, la migración se ha reducido un 43% en el periodo actual, el año fiscal 2023. La cifra, que la embajadora califica de “histórica”, resulta al comparar el dato de 47,900 migrantes en los últimos 10 meses con los del periodo anterior. Lo que ella y otros omiten en sus mensajes es que, en 2022, se registró una llegada récord de salvadoreños en la frontera sur, en torno a los 97,000. La reducción de hoy no se entiende sin el alto flujo migratorio de ayer.

Desde la llegada del presidente Nayib Bukele, la cantidad de compatriotas interceptados en la frontera sur se acerca a los 300,000; en concreto, 293,177 de junio de 2019 a julio de 2023. Es la administración en que más salvadoreños se han visto forzados a dejar su país en el presente siglo, a tenor de la estadística de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.


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Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas, recuerda que las personas interceptadas por la patrulla fronteriza -encuentros, los denomina- es solo una variable de tantas para entender los flujos migratorios. Hay otras difíciles de medir como las personas que entran de manera legal, con una visa temporal, y cumplido el tiempo se quedan de manera irregular. También, los migrantes que cruzan la frontera sin ser detectados por las autoridades. “Sin conocer esos datos no podemos hablar con ninguna solvencia que, efectivamente, la migración de El Salvador se ha reducido”, explica.

No obstante, otras variables ayudan a dimensionar el fenómeno. Una de ellas son las solicitudes de asilo de salvadoreños en México, el país de paso obligado hacia el norte. La gráfica muestra un alza significativa desde 2019 en comparación con años anteriores. Hasta julio de 2023, 4,111 solicitaron asilo en ese país, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). De seguir la proyección, cerrará en torno a los 7,000 casos, abajo de los 7,800 del año anterior.

México también lleva un registro de extranjeros en situación irregular en su territorio, es decir, que no acreditan su estado migratorio. En 2022, el Instituto Nacional de Migración incluyó a 26,535 compatriotas en esa situación, una cifra que duplica la de 2018 y es similar a la de 2021. En cambio, en este año se observa una reducción sustancial con 9,605 casos a julio. De mantener ese ritmo, cerraría con unos 16,500 casos.


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La reducción de salvadoreños en la frontera sur en 2023 es un hecho, como se dijo. Sin embargo, las autoridades omiten que los vecinos también registran descensos significativos. Lo hacen para atribuir esa reducción a logros propios en temas como la seguridad y la economía.

En el año fiscal 2023, de octubre 2022 al pasado mes de julio, la migración guatemalteca ha caído un 26% respecto al periodo anterior y la de hondureños, un 17%.  

Es cierto que la cantidad de migrantes mexicanos y guatemaltecos es mucho mayor que la de los salvadoreños. Pero también lo es que México tiene 20 veces más población y Guatemala el triple. Al vincular esa estadística con la población de cada país, esa diferencia prácticamente se disipa.

Honduras está fuera de la ecuación, es un caso aparte y, probablemente, sea el país con la mayor cantidad de migrantes por habitante en los últimos años.


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La mejora en la seguridad bajo el régimen de excepción es un factor que seguramente influye en la reducción de la migración. No obstante, el Gobierno no ha presentado un estudio que así lo confirme. No hay que olvidar que en los años fiscales 2021 y 2022 existía el plan control territorial y se registraron llegadas históricas de salvadoreños a la frontera sur. Y hay que recordar que, en 2020, el presidente ya engañaba con su mensaje sobre la migración.


A final de 2020, el Gobierno se vanagloriaba del éxito de la reducción de la migración gracias al plan control territorial.

Las razones económicas son, con diferencia, lo que fuerza a cientos de salvadoreños a diario a dejar su tierra. Dos de cada tres (65.6%) adujeron esos motivos frente al 19.2% que dijo que fue la inseguridad y un 15.2% la reunificación familiar en 2022. Esa información es el resultado de las 14,000 entrevistas realizadas a otros tantos retornados a su llegada al país. Unos 400 más alegaron otros motivos o no respondieron, según la información proporcionada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

Al menos desde 2012, la cuestión económica -falta de empleo, pobreza, alto costo de vida…- es la principal razón para migrar. Entre el 60 y el 80% de los salvadoreños indica esa causa cuando se le pregunta. La inseguridad es un opción que, curiosamente, salvó en 2021 nunca ha superado el umbral del 20%. En general, ha ido a la par de la reunificación familiar.

Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas, define la falta de oportunidades económicas como una causa estructural de la migración forzada. Celebra la reducción de la violencia pandilleril en los últimos dos años, no así la falta de oportunidades de empleo y acceso a mejores condiciones de vida, algo que asegura no ha cambiado en esta gestión. “El grado de oportunidades económicas, inclusión y bienestar social sigue siendo extremadamente precario”, asevera.

Los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania, así como la débil economía nacional y la falta de apoyo a las áreas estratégicas como el agro, explican el aumento de la pobreza en esta administración, así como el deterioro de las condiciones de vida para los salvadoreños más vulnerables.


Las remesas aumentan año con año. La explicación más lógica es que cada vez son más los migrantes que envían dinero a sus familiares. “Las remesas nos hablan de procesos migratorios donde los migrantes se han ido asentando y están mandando… las remesas bajan en la medida que la migración baja porque la migración vieja, como ha hecho la reunificación familiar, deja de mandar”, explica Amparo Marroquín.

Una medición del fenómeno tiene que ver con los hogares receptores de remesas a través de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples. En 2018, aquellos que recibían remesas del exterior no llegaban a los 400,000. En 2022, esa cifra es prácticamente de medio millón, un 25% más.

Otro indicador es el flujo de remesas que llega cada año. Este 2023, la tendencia apunta a que se superarán los 8,000 millones. Esa cantidad representa un 32% más que en 2018. “Para que las remesas suban siempre tienen que haber nuevos migrantes que han decidido ir”, sentencia Marroquín.

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