Comunidad Santa Eduviges, Tonacatepeque, San Salvador Este. A la abuela del menor no le resulta fácil contar lo sucedido. Sus ojos se llenan de lágrimas al hablar de la pérdida de su nieto, el único varón de la familia.
El pequeño de 10 años ingresó el 17 de junio al hospital Bloom y falleció el 6 de agosto en la madrugada, casi dos meses después. Este caso es diferente a la mayoría de los conocidos, donde los menores llegan en un estado de salud tan grave que apenas sobrevivieron un día o dos.
El mismo lunes 17, los papás lo llevaron a hacerse unos exámenes particulares. Como el niño salió mal de los “pulmoncitos” y tenía síntomas de dengue, se fueron al Bloom. Los días anteriores había estado con vómitos y fiebre. “Lo tuvieron dos días en observación: martes y miércoles. Ya el miércoles, como a las 3 de la tarde, el niño se incomodó, le quisieron poner el oxígeno y ya no se dejó. El doctor dijo que lo tenían que entubar, porque no había de otra”, recuerda la abuela.
«El niño cayó con vómito y fiebre, entonces el lunes 17 lo llevaron a unos exámenes particulares, el niño salió mal de los pulmoncitos y tenía síntomas de dengue, los cipotes (papás del menor) pensaron en llevárselo de una vez al Bloom».
La intubación consiste en pasar un tubo conectado a un ventilador a través de la garganta hasta llegar a la tráquea. El procedimiento se realiza en aquellos pacientes delicados que tienen problemas respiratorios graves o no pueden respirar por sí mismos. En los casos más agudos de dengue, se recurre a este procedimiento.
En ese tiempo, la señora dice que lo extubaron durante tres días. En ese tiempo, el menor reaccionaba cuando los papás le hablaban en las visitas. No comprende porque le volvieron a poner los tubos, y cree que eso hizo que el niño ya no aguantase más. “A él le cayó una infección en los pulmones y eso no lo pudieron desaparecer, y fue lo que se lo llevó”, afirma con seguridad.
La abuela vio como su nieto salió de casa junto a sus padres el 17 de junio. Ese día llovía bastante. “Esperábamos que el niño iba a venir sano, se fue caminando de aquí y luego me entró en el cajón (ataúd). Cuando el niño se fue, no estaba grave, se encontraba estable”, dice desconsolada.