Bosques del Río, Soyapango, San Salvador Este. “La niña iba con todos los síntomas de dengue, pero le dijeron que era algo viral (como restándole importancia)”. Así comienza la abuela de una menor de cinco años el relato donde responsabiliza al personal de dos centros públicos de la muerte de su nieta.
El viernes 2 de agosto, su nieta empezó a presentar fiebre. Al siguiente día, la llevó a consulta a la Unidad Médica del Seguro Social de Prados de Venecia, Soyapango. “Solo le pusieron para el vómito, le dieron acetaminofén y la mandaron para la casa. La niña iba con dolor de cabeza, de estómago, todos los síntomas, pero la regresaron”, afirma la señora.
El domingo siguió con fiebre y el lunes 5 amaneció peor. La abuela decidió ir al Hospital Nacional General y Siquiatría “Dr. José Molina Martínez”. En los exámenes, recuerda que “no salió con dengue”. Aún así, le describió a la doctora los síntomas con la esperanza de que la ingresaran, pero fue en vano, la mandaron de vuelta a su casa.
De nuevo, el martes salieron rumbo al hospital público. Esta vez, el examen sí salió positivo a dengue y le acotaron “sin signos de alarma». “Hay un papel que le dieron a mi hija el martes donde le pusieron síntomas de dengue sin riesgo. La niña falleció el miércoles, ni 12 horas duró en el hospital Bloom”, dice desolada la señora.
La noche del 6 de agosto, la niña la llevaron de vuelta al Seguro Social, siempre en Soyapango. Iba moradita y no aguantaba el dolor. “En el Seguro se lavaron las manos. Como vieron que la niña ya iba grave, ya para morir, la refirieron para el Bloom, allá murió”, cuenta la abuela.
La madre y los abuelos, indignados con lo sucedido, quieren que el caso se haga público. “Quiero que salga a la luz para que no mueran más niños, que ponga conciencia el gobierno que son niños, no animales, y el Seguro, que para eso se les paga. Fue negligencia de ellos”, insiste la señora.
El abuelo, que estuvo callado en la conversación, recuerda que a su nieta la llevaron tres veces oportunamente, pero no la atendieron. “Tenemos evidencias de que la llevamos a tiempo, podemos hacer las vueltas y todo, pero entre ellos mismos se protegen”, asegura.
Como en otros casos, a pesar de que a la menor la trataron por dengue y presentó la mayoría de los síntomas, en el Bloom le cambiaron la causa de muerte. “Le pusieron acidosis, que es sangre ácida; miocarditis, que el corazón ya no le latía normal; otras formas de choque e infección viral no especificada. Ellos no le quisieron poner dengue, se van cubriendo las espaldas entre ellos mismos, es la verdad”, relata el señor.
Dos semanas después del deceso, dos empleados de la unidad de salud más cercana llegaron a la vivienda y les admitieron que “hubo negligencia” en el manejo del caso. “Supuestamente le están dando seguimiento, la señora dijo que fue negligencia. Yo le digo que para que le andan dando tanta vuelta, pueden ir a archivo del hospital y ahí ponen quien la atendió, a qué horas y qué se hizo con ella. Pueden ir a Prados a buscar el archivo (pero) dijo que no tenían acceso ahí, entonces, ¿qué andan haciendo?”, cuestiona el señor.
En estas historias no manejamos nombres propios de la víctima ni de su familia. En las entrevistas, salvo dos en las que las madres quisieron estar presentes, se conversó con familiares de segundo grado que vivían en propio hogar o cerca de él. Abuelos y abuelas que vivían con sus nietos y también cuidaban de ellos.