Acevedo: “Este experimento del bitcóin no tiene futuro”

por Wendy Monterrosa/Javier Ramón

Para Carlos Acevedo, economista y expresidente del Banco Central de Reserva, el proyecto del bitcóin tiene los días contados. Esa es su hipótesis y su razón es simple: no hay fuerzas económicas reales que generen incentivos para que se use esa criptomoneda.

Al único incentivo, un bono equivalente a 30 dólares, le augura una vida efímera, el tiempo que tarde la población que descargue la billetera en gastarlo. No cree que muchos apuesten por recargarla con dinero propio. “Ahí va a terminar el experimento”, en referencia a la iniciativa del bitcóin.

No ve por dónde se van a generar empleos ni venir inversión fuerte salvo aquella relacionada con los criptoamigos del presidente.

“Hasta que esto no fracase, el presidente no va a salir de su necedad de que va a traer un gran beneficio para el país”, apunta Acevedo.

El presidente de la República, Nayib Bukele, informó en cadena nacional cómo va a operar el bitcóin y matizó la ley creada para convertirla en moneda de curso legal, ¿qué dudas le aclaró a usted?

Aclaró, sobre todo, el tema de la obligatoriedad porque había mucha especulación de si realmente los agentes económicos, las personas, las empresas tenían que usarlo. Él insistió varias veces en que no. No es obligatorio, por ejemplo, que las remesas se envíen en bitcóins ni que los bancos tengan cuentas en bitcóins. El gobierno tampoco va a pagar los salarios públicos (en esa moneda). Yo creo que eso es positivo.

La explicación del uso de la billetera también despejó dudas sobre quién corre con el riesgo cambiario de la transacción. Por supuesto, el bono de los 30 dólares. Creo que queda bastante más clara la ruta de implementación de la iniciativa.

. Ahora bien, el presidente dice que no es obligatorio el uso del bitcóin, pero el artículo 7 de la ley establece que todo agente económico deberá aceptarlo como forma de pago cuando así le sea ofrecido. Entonces, ¿por qué la necesidad de establecer una ley para que el bitcoin sea moneda de curso legal?

Aquí hay, por un lado, obviamente, la intención inicial del gobierno de hacer esto obligatorio, pero luego viene la reacción de la población y de los agentes económicos de cómo los van a obligar a usar algo que no quieren y a asumir los riesgos de utilizar esta moneda tan volátil.

Sin dar paso atrás en la obligatoriedad de la ley, la cadena nacional es para encontrar una salida para que esa obligatoriedad no tenga la característica de la carga financiera que pone el riesgo sobre los hogares.

Me pareció muy ilustrativo el ejemplo que puso de un turista europeo que paga con tarjeta de crédito. A él le van a debitar de su cuenta en euros, probablemente, pero el negocio va a recibir dólares. Entonces, entendería que con eso el artículo 7, que lo que dice es que todo negocio al cual llega un cliente que quiere pagar en bitcóins debería recibirlos, a no ser que el negocio, básicamente, no pueda. Entonces, con el ejemplo que puso el presidente de una farmacia se aclara bien. Soy la farmacia, viene un cliente a comprar medicinas y quiere pagar en bitcóins, pero yo quiero recibir dólares, entonces se me acredita en mi cuenta de la billetera el cargo en dólares. Yo no tengo que estar lidiando con bitcóins.

La descripción que él hizo es un poco sacada de la manga, entre que los negocios están obligados a aceptar, pero no obligados a recibir.

Es una salida interesante al problema, aunque traslada el riesgo cambiario al fideicomiso que está fondeado con dinero público. El riesgo fiscal de la iniciativa se le traslada a toda la población que paga impuestos.

. Pero entonces, con la aclaración del presidente sobre la obligatoriedad del uso del bitcóin, ¿no debería eliminarse el artículo 7?

Yo pensaría que debería mejor eliminarse, pero, probablemente, si se elimina ya pierde fuerza la iniciativa. No creo que lo vayan a eliminar. La salida para mantener (ese artículo), pero al mismo tiempo atenuar la preocupación de la gente es la del fideicomiso, que obviamente no va a ser suficiente para absorber todos los bitcóins. Los negocios van a querer vender y si el mecanismo que les ofrece el gobierno de la billetera electrónica les permite hacer los cobros en dólares y trasladar los bitcóins al fideicomiso, eso no va a alcanzar. Un fideicomiso de 150 millones de dólares no creo que ajuste ni para dos o tres días.

Doctor, ¿de cuánto debería ser ese fideicomiso para cubrir la demanda que se esperaría?

Como mínimo, unas diez veces más. Pero recordemos que eso se fondea con dinero público que el Ministerio de Hacienda no tiene. Aunque, teóricamente, el fideicomiso necesitaría más recursos, Hacienda no los tiene. Eso va a salir del Fondo General de la Nación.

El presidente utilizó el verbo regalar para decir que se va a otorgar el equivalente a 30 dólares para que las personas bajen esa aplicación de billetera. ¿Es el término adecuado cuando hablamos de dinero público?

Cuando el Gobierno regala, entre comillas, está regalando dinero que no es de él. En el sentido de las personas que se van a registrar en su billetera electrónica para recibir los 30 dólares, ellas lo interpretan como un regalo. En realidad, los que pagan impuestos podrían verlo más como una devolución de impuestos. Para los que no pagan impuestos sí sería un regalo, pero un regalo que los contribuyentes han pagado.

Por cierto, es interesante que este es exactamente el mismo recurso que utilizó el odiado presidente Maduro cuando quiso promover el petro en Venezuela, la criptomoneda. También regaló, entre comillas, un bono de 30 dólares. Entonces, es curiosa la similitud de la medida: el gobierno salvadoreño está replicando lo que hizo Maduro para promover el uso del petro.

¿Es una medida acertada dar esos 30 dólares a cada persona que descargue la billetera? ¿no significará un peligro para las personas de bajos recursos o que no tienen educación financiera?

Es, obviamente, una medida populista, totalmente populista. El gobierno está, otra vez, regalando, entre comillas, dinero que no es de él.

Ahora, desde la lógica del gobierno es una de las maneras más efectivas de impulsar el proyecto. Uno de los problemas que tenía la implementación es que no había incentivos para usar bitcóins. ¿Qué incentivo tienen los agentes económicos? Ninguno. ¿Qué incentivo tienen las familias que envían remesas a sus familiares en El Salvador? Ninguno. Entonces había que buscar una manera de que la gente empezara a utilizar el bitcóin y entonces se les ocurrió esta idea. Desde el punto de vista del gobierno es un gancho muy efectivo. ¿Quién se va a negar a recibir un regalo de 30 dólares? Yo creo que nadie. Yo mismo, seguramente, voy a registrarme en la billetera electrónica tanto porque veo esos 30 dólares como una devolución de impuestos como porque me interesa ver cómo funciona el mecanismo. Yo tengo serias dudas, por ejemplo, sobre los costos de transacción. Aquí hay una oportunidad de ver este experimento.

Mi apuesta es que una vez que la mayor parte de la gente se gaste el saldo de los 30 dólares que el gobierno le va a depositar, creo que muy pocas personas van a recargar esa billetera ya con su propio dinero. Entonces ahí va a terminar el experimento. Esa es mi hipótesis.

¿No cree usted que este experimento, como dice, tenga futuro?

Creo que no tiene futuro porque no hay fuerzas económicas reales que generen incentivos para que se use el bitcóin. Si yo exporto café a Alemania, yo no puedo exigirle a mi comprador que me pague en bitcóins. Si soy un comprador de insumos de Estados Unidos no puedo exigirle a mi proveedor que me acepte bitcóins  como medio de pago. Los vendedores de bienes a El Salvador van a querer que se les pague en moneda dura y los compradores, por el lado de las exportaciones, no van a estar tomándose la molestia de buscar bitcóins para pagar por nuestras exportaciones. Todos los flujos del comercio internacional están en dólares. Eso hace que el futuro del bitcóin, como moneda de curso legal, sea bastante bastante débil.

Si el gobierno, por ejemplo, pudiera obligar a que la gente que envía remesas las enviara en bitcóins, eso sí podría ser un mecanismo efectivo para que se bitcoinizara la economía. Pero el presidente ha dicho que no se va a obligar a que las remesas se envíen en bitcóins.

Lo que sí podría hacer el Gobierno es que el costo de transacción de enviar remesas fuera más bajo a través de bitcóins de lo que es actualmente por los canales normales. Pero, por lo que hemos visto, esto es una pura teoría. Los costos de enviar remesas por las remesadoras que cobran menos son menores que los costos de enviar remesas a través de bitcóins.

Si el presidente con sus socios criptoevangelistas lograran que los envíos de remesas fueran significativamente más baratos a través de bitcóins, esa sería un hit para el gobierno. Creo que ahí sí lograría su propósito de bitcoinizar la economía.

Yo no veo realmente que esta iniciativa de bitcoinización tenga futuro, a diferencia de lo que aconteció con la dolarización, porque, al final de cuentas, nuestros principales socios comerciales eran Estados Unidos, con dólares, y Centroamérica, con dólares.

Eso no ocurre con el bitcóin. Realmente no hay mecanismos de mercado, no hay fuerzas económicas que impulsen al uso del bitcóin como moneda de curso legal.


¿Se disipa el riesgo, el miedo de que se pueda desdolarizar la economía?

Definitivamente, ese riesgo es muy bajo. Las contradicciones inherentes de esta iniciativa con respecto a las dinámicas reales de la economía hacen muy difícil que prospere el experimento y, por tanto, no veo viable o factible o muy probable que se vaya a llevar una desdolarización de la economía. Esto va a fracasar antes de que eso pudiera ocurrir.

Estamos viendo un gobierno que se sigue endeudando, lo vemos con las aprobaciones (de préstamos) de los diputados, además, está tocando las puertas del FMI para un financiamiento por 1,300 millones. De repente, anuncia su capacidad para endeudarse 100 o 150 millones más con la campaña de incentivar el uso del bitcóin al bajarse la aplicación (Chivo), ¿no es esto un discurso contradictorio? ¿puede tener implicaciones en la complicada situación fiscal que tenemos?

Estas son las contradicciones del populismo. A un gobierno populista no le importa mucho cuál es la restricción financiera que enfrenta. El Salvador está en una situación fiscal muy precaria, que se ha hecho más precaria por el covid-19, y esto no le importa al Gobierno. En lugar de preocuparse por ver como lleva a cabo un proceso de ajuste fiscal y, de paso, mejora las perspectivas del acuerdo que negocia con el FMI, se lanza a más fiasco, a más populismo y a empeorar la situación fiscal a la postre.

Este experimento, como usted lo apunta, ¿nos va a salir muy caro?

Yo creo que nos va a salir caro. De momento, ya están los 150 millones que se van a utilizar para fondear el capital inicial del fideicomiso. También está el artículo 5 de la ley que dice que los impuestos se pueden pagar en bitcóins. Entonces, en la medida que haya gente que pague impuestos en bitcóins, que no creo que vayan a ser muchos tampoco, pero si los hubiera, hay también un riesgo fiscal. En el momento en que el precio del bitcóin dé un coletazo para abajo lo que se haya recaudado de bitcóin se va a perder y lo mismo con el fideicomiso. Hay un riesgo fiscal importante en la medida que el Gobierno está asumiendo un riesgo cambiario por la volatilidad de la moneda y eso, al final de cuentas, lo terminamos pagando todos.

Hablamos de un riesgo en el corto, en el mediano plazo…

En el mediano plazo creo que esto ya no va a prosperar. Sería más en el corto plazo.

Para las personas de pocos recursos y sin educación financiera ¿qué implicaciones puede tener esta aplicación? ¿no es un juego peligroso?

Lo que va a ocurrir con estas personas de ingresos bajos es que si tienen celular van a registrar su billetera electrónica, el Gobierno les va a depositar el equivalente a 30 dólares, se lo van a gastar y ya no va a pasar más. No creo que esa gente empiece a recargar la billetera con su propio dinero. El riesgo va a ser para las personas que mantengan saldo en su billetera en el momento en el que el bitcóin pegue un coletazo para abajo.

La mayoría de las personas se va a gastar el saldo rápido y ya no va a pasar a más la cosa. Va a ser una pérdida para el gobierno, un derroche de recursos.

Con lo que se conoció en cadena nacional y lo que usted dice, ¿qué sentido tiene la introducción del bitcóin en el país?

El bitcóin es una ocurrencia del presidente. Ya sabemos que cuando se le mete algo en la cabeza no hay razonamiento que se lo quite. Y sabemos que nadie en el gobierno lo contradice.

Creo que el presidente cree, genuinamente, que esto puede beneficiar al país, cree todo ese discurso de que puede atraer inversión, generar empleo. Está autoengañado. No creo que haya un interés perverso, por así decirlo, por parte del presidente…

Pero él (presidente) no explicó tampoco cómo se iban a incrementar las inversiones, a mejorar el empleo…

No han explicado nada de eso y creo, en la medida que uno le pregunte cómo se va a dar, no puede explicarlo. No hay manera de explicar como (el bitcóin) va a generar inversión, por lo menos inversiones fuertes. Otra cosa son las empresas que van a recibir la concesión de los cajeros, obviamente, sí van a tener una ganancia. En la medida que se tengan los cajeros y se cobre comisión, los criptoamigos del presidente, esos sí van a recibir un beneficio.

Los inversionistas en bitcóins son especulativos, son como las personas que compran oro, apostando a que el precio del oro va a subir y cuando suba lo van a vender.

El uso del bitcóin como moneda es extremadamente restringido a nivel internacional. Por eso llama la atención esta iniciativa un poco o bastante loca, diría yo. Pero hasta que esto no fracase, el presidente no va a salir de su necedad de que va a traer un gran beneficio para el país.

Le insisto con esto, el fracaso, como usted dice, se va a ver en el corto plazo…

Se va a ver rápido, insisto, cuando la gente se gaste el saldo y ya no quiera recargar las billeteras o cuando la gente que tenga saldos de bitcóin sufra el coletazo de una caída estrepitosa del precio. Ahí va a quedar al descubierto el fracaso de este experimento.

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