Como el mundo ya sabe, Donald Trump volverá a ser presidente de Estados Unidos tras una importante victoria sobre la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones del martes. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, tuiteó sus felicitaciones:
¿Qué augura para El Salvador el regreso de Trump a la Casa Blanca?
Nayib Bukele disfrutó de una estrecha relación con la administración Trump durante 2019 y 2020 y, en particular, con el embajador estadounidense Ronald Johnson. Bukele se reunió con Donald Trump al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019 y como todos saben llamó al presidente estadounidense “simpático y buena onda”. Trump se mostró complacido con la disposición de Bukele a cooperar con los esfuerzos de la administración Trump para controlar la migración y envió a múltiples funcionarios de alto nivel a reuniones en el país. Bukele ayudó en la migración a pesar de los intentos de Trump de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS), que protege a 195,000 salvadoreños de la expulsión, y a pesar de que Trump llamó a El Salvador un “país de mierda”.
Avanzando hacia 2024, hoy se puede ver a miembros de la coalición política de Trump del ala “MAGA” (1) del partido republicano elogiando repetidamente a El Salvador y poniendo a Bukele como modelo. Su admiración por el líder salvadoreño se puso de relieve cuando Bukele fue uno de los oradores destacados en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) a principios de este año. El presentador de televisión de derechas Tucker Carlson, el hijo de Trump Donald Junior y el congresista Matt Gaetz llegaron a San Salvador para la toma de posesión de Bukele para un segundo mandato inconstitucional el 1 de junio y fueron invitados a reunirse con el presidente salvadoreño después.
Desde entonces, Gaetz ha encabezado la creación del Caucus de El Salvador en el Congreso de Estados Unidos, junto con otros republicanos MAGA. Su primer impulso político es hacer que el Departamento de Estado cambie su Aviso de Viaje para El Salvador de “Nivel 3 – Reconsiderar Viaje” a “Nivel 1 – Precauciones Normales”. (2)
Trump también ha señalado que quiere que Elon Musk desempeñe un papel destacado en su segunda administración. Musk se ha convertido recientemente en un gran admirador de Bukele, ya que ambos se reunieron en la sede de Tesla a principios de este año, y elogió el historial de Bukele en El Salvador.
Sin duda, Bukele también se alegra de ver una subida del precio del bitcoin en las horas posteriores a las elecciones, ya que la criptohermandad respaldó a Trump. La subida del precio permite a Bukele reivindicar de nuevo el acierto de vincular su Gobierno a la criptodivisa.
Así, Bukele puede esperar el regreso a una política exterior estadounidense que no critique los abusos contra los derechos humanos ni haga hincapié en el Estado de derecho. En lugar de expresar su preocupación (por muy débilmente que lo haga el actual embajador) por el régimen de excepción, Bukele puede esperar que se le ponga como ejemplo de mano dura contra el crimen. Nadie del gobierno estadounidense dará lecciones a Bukele sobre derechos humanos. Nadie nuevo del gobierno salvadoreño será incluido en las listas de sanciones del gobierno estadounidense.
Pero estas relaciones personales no evitarán el impacto de la propuesta política de Trump de una deportación masiva de millones de inmigrantes en Estados Unidos, que teóricamente podría incluir a cientos de miles de salvadoreños. Es importante entender la visión que Trump tiene del mundo y de los inmigrantes. En esa visión del mundo, El Salvador es uno de los principales países que envía a miembros de la MS-13 a través de la frontera para aterrorizar a los ciudadanos estadounidenses. A pesar de la admiración por Bukele que profesa la multitud MAGA, en su campaña electoral, Trump volvió una vez más a su singular visión de El Salvador: produce migrantes peligrosos.
Es muy posible que un gran número de salvadoreños en Estados Unidos se enfrente a la deportación en los planes de Trump de expulsar a los inmigrantes indocumentados. Bukele no puede esperar que pueda persuadir a Trump y a su asesor de inmigración de línea dura, Stephen Miller, para que no cancelen el programa TPS que protege a casi 200.000 salvadoreños de la expulsión. En su primer mandato, Trump canceló el TPS, pero la supresión fue bloqueada en los tribunales debido a deficiencias en el proceso utilizado. Esas deficiencias son subsanables y pueden estar seguros de que Trump lo intentará.
Además, a día de hoy, hay 127.000 casos abiertos en los tribunales de inmigración estadounidenses contra salvadoreños que carecen de la protección del TPS. Son parte de los 741.000 salvadoreños indocumentados que se calcula viven en EE. UU. La promesa de deportación masiva de Trump pone en riesgo a todos ellos.
Es imposible desde el punto de vista logístico para EE. UU. deportar a la cantidad de inmigrantes que Trump quiere expulsar en un corto periodo de tiempo. Aun así, el país necesita prepararse para el hecho de que el Caucus de El Salvador no va a interponerse en la promesa de deportación de Trump a sus partidarios.
¿Está El Salvador preparado para que la tasa de deportaciones aumente en un 300% o 500%? ¿Para que aviones aterricen diariamente en el aeropuerto internacional descargando cientos de hombres, mujeres y niños deportados en cada vuelo? ¿Está preparado para una posible reducción del nivel de remesas que actualmente sostienen más del 20% de la economía salvadoreña?
(1) MAGA, acrónimo del lema Make America Great Again (Haz a los Estados Unidos grande otra vez), es también un movimiento de corte conservador y nativista, postura que privilegia a los autóctonos de un territorio y, por consiguiente, aparta a los inmigrantes.
(2) El 8 de noviembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos redujo la alerta de viaje de nivel 3 a nivel 2 debido a las mejora en la seguridad. https://cnnespanol.cnn.com/2024/11/08/eeuu-baja-nivel-alerta-viajes-el-salvador-reduccion-homicidios-orix
Sobre el autor. El Salvador Perspectives es el blog de Tim Muth, un abogado formado en Harvard University que divide su tiempo entre El Salvador y Milwaukee, Wisconsin. Tim se dedica también a asuntos relacionados con las libertades civiles y los derechos humanos.
Este artículo se publicó el 6 de noviembre en El Salvador Perspectives