Keyla Cáceres, feminista de la colectiva Amorales; Lourdes Palacios, fundadora de Cofappes, un comité en defensa de los presos políticos en El Salvador, y Mario Vega, líder de la iglesia Elim, abordan el papel de los movimientos sociales en un contexto político más autoritario cada vez. Se enfrentan a un presente de ataques y represión por sus críticas al oficialismo, pero son optimistas de cara al futuro.
Mario Vega, pastor de la misión cristiana Elim, está convencido de que desde el Gobierno existe una estrategia para tergiversar la realidad en diversos temas como los homicidios. Por esa razón, asegura, no se registran como tales casos de feminicidios, pandilleros muertos en supuestos enfrentamientos con las fuerzas del orden y las muertes en los centros penales, entre otros. “La verdad es la gran piedra en el zapato de este gobierno,… de manera que hoy ni siquiera podemos saber cuántos homicidios hay”, plantea el líder religioso.
La falta de transparencia y de acceso a la información pública en esta gestión contribuyen, en palabras del pastor evangélico, “a maquillar una realidad paralela, pero que no es la auténtica realidad”. “Si las cosas se están haciendo honestamente como nunca antes, con toda transparencia, si nadie está robando, ¿por qué no darlo a conocer?”, se pregunta.
Pese a los ataques desde el oficialismo y el miedo en el ambiente, Vega asegura que va a seguir defendiendo lo que considera que es la verdad. Deposita su optimismo y esperanzas en los movimientos sociales ante la ausencia de una representación política creíble. “Si los partidos han dejado de ser representativos de la sociedad, entonces es el momento de las organizaciones de la sociedad civil”, sentencia.
Amenazas por manifestarse
Pocos días antes del Primero de Mayo, el ministro de Trabajo, Rolando Castro, acusó a aquellos que se fueran a manifestar ese día de estar a favor de las pandillas y los amenazó con capturarlos. “Cualquier marcha que salga serán grupos que van a marchar a favor de la defensa de las pandillas en El Salvador”, expresó en conferencia de prensa.
Lourdes Palacios, exdiputada del FMLN y fundadora del Comité de familiares de presos y presas políticas de El Salvador (Cofappes), califica esas palabras como “desafortunadas y condenables desde cualquier punto de vista,… una muestra del retroceso democrático que sufre el país”.
Palacios indica que ese discurso fue una amenaza real que terminó en capturas por ejercer el derecho a expresarse y manifestarse. Recuerda el caso de Giovanny Aguirre, un sindicalista encarcelado el 8 de mayo. “Él fue uno de los chicos que en la marcha del 1 de mayo se expresó, denunció y señaló al gobierno de Bukele todo lo que estaba pasando. A la semana, ya estaba capturado en el penal de Izalco”.
Desde Voz Pública también se indagó la captura de Dolores Almendares, líder sindical de Cuscatancingo, municipio de San Salvador. La PNC se la llevó cinco días después de haber marchado en el Día del Trabajo. Desde entonces está detenida, acusada por el delito de asociaciones ilícitas.
La exdiputada dice que el llamado régimen de excepción lleva cuatro meses, “pero la persecución política se ha dado desde que entró Bukele al gobierno”. Recuerda las capturas del exalcalde de Zacatecoluca y sus concejales, varios funcionarios del gobierno del expresidente Mauricio Funes y a un tercer grupo de personas encabezado por el exministro de Seguridad, Mauricio Ramírez.
Se refiere a ellos como “presos politicos” en la medida que, aclara, “los delitos son fabricados y la Fiscalía no tiene pruebas contra ellos”. Además, critica el atraso injustificado en los procesos que se siguen en su contra y la falta de un debido proceso para los detenidos.
Para Keyla Cáceres, activista feminista, las acciones represivas en general surgen del miedo que el Gobierno de Nayib Bukele tiene a la disidencia. “Una de las cosas a las que más le teme es al poder de la organización y al poder que la ciudadanía con conciencia y pensamiento crítico pueda llegar a tener”, afirma.
Admite que si bien es cierto que la mayoría de movimientos sociales tiene miedo a las represalias, ejemplos recientes como los casos de mujeres que han salido a las calles a protestar por sus familiares detenidos en el marco del régimen de excepción son un impulso para continuar con su labor. “Están sentando un precedente, y creo que estas familias nos están dando un aliento a las organizaciones que sí tenemos miedo”, comenta. Ambas representantes de movimientos sociales y el pastor Mario Vega brindaron sus opiniones en el pódcast de Voz Pública titulado Movimientos sociales frente al autoritarismo, dirigido por la periodista Wendy Monterrosa.