Óscar Picardo: «Hemos creado un sistema perfecto para la corrupción»

por Gerardo Rivera

El investigador de la Universidad Francisco Gavidia indica que ninguna de las instituciones encargadas por velar por la transparencia y perseguir a los corruptos cumple su función en el país. “Lo que sabemos de la corrupción es gracias al periodismo”, revela. Dos especialistas más coinciden en el importante retroceso en la lucha contra ese problema y el acceso a información pública.

Una de las banderas que el presidente Nayib Bukele enarboló en su campaña electoral fue la lucha contra la corrupción. Como gobernante, este tuit de mayo de 2020, en el contexto de la pandemia, reflejaba esa aspiración mejor que ningún otro. “Les he dicho a mis funcionarios, en público y en privado, que al que robe yo mismo me voy a encargar de meterlos presos, más si lo hace dentro de esta pandemia, por eso necesitamos auditorías, por ello trabajamos”.

El investigador de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), Óscar Picardo, recuerda que en esta gestión han habido casos de sobra para hacer valer ese tuit. Titulares de instituciones como el FONAES y los ministerios de Agricultura y Seguridad fueron obligados a renunciar sin que el presidente brindase explicación alguna. “Ese tuit queda en el campo de la ciencia ficcion, de lo imaginativo y aquí no ha pasado nada”, revela el academico.

El Salvador cuenta con una cantidad importante de instituciones y leyes encargadas de la lucha contra la corrupción. Picardo enumera hasta 20 herramientas de esta naturaleza si bien, asegura, al final, los casos de corrupción se conocen a través del periodismo. “Hemos creado un sistema perfecto para la corrupción. Bajo ese aforismo de “hecha la ley, hecha la trampa”, los políticos pueden decir cualquier cosa y después hacen otra cosa que no tiene nada que ver», reflexiona.

Óscar Picardo brindó estas declaraciones en el pódcast Corrupción y límites a la información pública, conducido por la periodista Wendy Monterrosa, en el que participó junto la abogada Xenia Hernández, directora ejecutiva de la Fundación Democracia, Transparencia, Justicia (DTJ) y Carlos Palomo, presidente de Tracoda.

Xenia Hernández, directa ejecutiva de DTJ.

Para Hernández, una cosa es la narrativa del presidente y otra la realidad del país. “Es un discurso que la gente quiere escuchar, pero lo que realmente está pasando en El Salvador es que se está abriendo campo para que germine aún más la corrupción”, indica la abogada al referirse al importante retroceso en transparencia, acceso a la información y lucha contra la corrupción en esta administración. 

Desde la Asociación Transparencia, Contraloría Social y Datos Abiertos (Tracoda), Palomo explica la pérdida de protagonismo de uno de las principales instituciones en materia de transparencia, el Instituto de Acceso de la Información Pública (IAIP). “A partir del 2019, se cambiaron a estos comisionados y las nuevas personas que se designaron, con procesos bastantes irregulares, revirtieron criterios que facilitaban a la ciudadanos a acceder a información de diversa naturaleza como compras públicas, resultados de auditoría…”.  

Carlos Palomo participa en el pódcast de Voz Pública.

El debilitamiento del Instituto, por parte de esta gestión, tiene consecuencias negativas en la lucha contra la corrupción. “Limita sustancialmente las posibilidades de prevenir la corrupción porque no podemos ver en qué se está gastando nuestro dinero”, agrega el representante de Tracoda. 

El Salvador cuenta con una Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP) en vigencia desde 2011. Tiempo después, en 2013, surgió el Instituto, el organismo encargado de velar porque la ciudadanía tenga el máximo acceso a la información pública posible. Funciona, por lo tanto, como el árbitro entre un ciudadano y las instituciones del Estado. 

Además del Instituto, otras instituciones encargadas de fiscalizar a los funcionarios y las cuentas del Estado como la Fiscalía y la Corte Suprema están supeditadas al dictado del presidente Bukele, como coinciden los invitados al pódcast. En este contexto de opacidad, Óscar Picardo destaca la labor del periodismo como el camino para la población se entere de los hechos de corrupción. “A pesar de todo (ataques y persecución), el periodismo sigue haciendo su función”, sentencia el académico. 

podría gustarte