Inversiones OMNI construyó el Hospital Veterinario Chivo Pets

por Wendy Monterrosa/Javier Ramón

Chivo SA de CV contrató a la constructora de manera directa. “Es un asunto de privado a privado”, justificó la fuente, un empresario conocedor del proceso seguido en la selección de la empresa. Si bien es cierto que es un contrato entre privados, también lo es que hay fondos públicos de por medio, millones de dólares provenientes del Fidebitcóin que administra Bandesal. Fondos que pasan a Chivo para la compra de bitcoines, garantizar la convertibilidad de bitcóin a dólar, entre otros.

Inversiones OMNI es la empresa que construyó el Hospital Veterinario Chivo Pets ubicado en la comunidad La Cuchilla, en el municipio de Antiguo Cuscatlán, según informó a Voz Pública un empresario estrechamente vinculado al sector de la construcción y conocedor del proceso seguido con esta obra. Dos personas que trabajaron en la edificación de ese centro médico confirmaron esa información. Esa constructora les contrató en noviembre pasado y laboraron hasta que se concluyó la obra en febrero.

El empresario, que habló con la condición de proteger su identidad, confirmó también que el Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) elaboró el diseño e hizo una especie de donación al hospital.

Voz Pública contactó por teléfono a Inversiones OMNI cinco veces entre el jueves y viernes pasado para saber más acerca de su participación en la obra y la manera en que le fue adjudicada. En cada ocasión, la persona que atendió la llamada dijo que no había alguien disponible para hablar del tema y que se volviera a consultar más tarde.

A esta empresa, el Gobierno le había adjudicado una parte de la construcción del megacentro de vacunación ubicado frente al Hospital El Salvador, de acuerdo con una investigación de La Prensa Gráfica publicada en junio de 2021. Entre otras cosas se encargó de la instalación del sistema de climatización y las instalaciones eléctricas del edificio de tres niveles por un monto de 10.7 millones de dólares. La constructora es propiedad de Luis René Dada, presidente de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco).

Dinero público, entre privados

Esa misma fuente, conocedora del proceso seguido entre las empresas Chivo SA de CV y la constructora en cuestión, confirmó que la contratación fue directa, sin mediar proceso alguno de competencia. “Es un asunto de privado a privado”, acotó.

No hay duda de que es un asunto entre privados. Tampoco de que hay dinero público y supuestas ganancias de bitcóin logradas con fondos públicos del Fidebitcóin.

Hay que recordar que la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Creación del Fideicomiso Bitcóin, conocido como Fidebitcóin, constituido en Bandesal en agosto de 2021. Esta entidad recibió una transferencia de recursos iniciales por 150 millones de dólares del Ministerio de Hacienda para respaldar la conversión de dólares a bitcoines y viceversa.

La empresa Chivo SA de CV surgió en ese tiempo para gestionar esos fondos públicos que recibe del fideicomiso: comprar y vender criptomonedas, garantizar la conversión con el dólar y todo lo relativo a la aplicación Chivo Wallet, puntos y cajeros automáticos Chivo. Con las supuestas ganancias de compra-venta de bitcoines en septiembre, anunciadas por el presidente de la República poco después, se financió el mencionado hospital.

Ruth López, jefa del área Jurídica Anticorrupción y Justicia de la organización Cristosal, recuerda que la Corte de Cuentas debe auditar tanto los fondos del Fidebitcóin como aquellos administrados por la empresa Chivo ya que son públicos. “Tanto en este caso como en la regulación aprobada para la Dirección de Obras Municipales (DOM) se aprecia un patrón de eludir el control de la ejecución de fondos públicos”, apunta López.

El artículo 15 de la Ley de Creación del Fideicomiso Bitcóin recoge lo dicho por López. “Sin perjuicio del artículo anterior (firma de auditoría externa, financiera y de gestión), la Corte de Cuentas de la República deberá fiscalizar el Fideicomiso en virtud de tratarse de fondos públicos”.

Graciela Ayala, abogada de ALAC Funde, lamenta la falta de transparencia en la gestión de gobierno en general y en aquello que rodea al tema del bitcóin en particular. Desde la institución que trabaja, recuerda que se solicitó a Bandesal el expediente administrativo que ampara la compra de esa criptomoneda, así como la comisión por la compra de ese activo digital y la partida presupuestaria para adquirir esa moneda. De lo primero, la respuesta del Banco fue que no existía un expediente; del resto, alegó secreto bancario y, por lo tanto, información reservada. “El fideicomiso sí tiene que ser publico”, insiste Ayala.

Voz Pública se comunicó por teléfono y correo electrónico con Rodrigo Rivera, gerente de Comunicaciones de Bandesal, pero no hubo respuesta. Tampoco respondieron de comunicaciones de la Corte de Cuentas cuando se les consultó si se había iniciado alguna auditoría al fideicomiso.

German Rivera, abogado especializado en procesos constitucionales, comerciales y de inversión, considera que más allá de Chivo, la atribución de 200 millones de fondos públicos a una empresa privada es ya un problema de corrupción y falta de transparencia.

Anuncio del presidente

El 9 de octubre de 2021, el presidente Nayib Bukele informó en redes sociales que Fidebitcóin tenía un “sobrante” de dinero producto del incremento del valor del bitcóin respecto al dólar. “Por lo tanto, la empresa estatal Chivo puede disponer de 4 millones de dólares, sin afectar el monto del fideicomiso. Así que decidimos invertir una parte de ese dinero en un hospital veterinario para todos nuestros peluditos”, comentó en un hilo de tuits.

Cuatro meses y medio después, el mandatario dio por inaugurada la obra con la divulgación de un video en redes sociales en el que recorre diversas áreas del centro médico y reitera el origen de los recursos. El hospital veterinario, el primero de carácter público en la región, según la propaganda oficial, abrió sus puertas el pasado 26 de febrero.

¿Se puede hablar de un hospital público cuando hay un pago obligatorio de por medio? Si lo es, ¿por qué unos van a pagar más que otros por los servicios que presta en función del tipo de moneda que se utiliza, es decir, bitcóin o dólar, como denunciaba El Diario de Hoy recientemente? ¿Qué institución es la responsable del pago al personal del centro? ¿Hay transparencia en las compras de los insumos y materiales que ahí se utilizan o se mantienen la opacidad? Para estas cuestiones y otras que rodean al bitcóin no hay respuesta. Es información reservada aunque de por medio haya dinero público.

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