El concejal de San Salvador, Héctor Silva, define que la reducción de los fondos a las alcaldías es parte de una estrategia del Ejecutivo para acumular más poder y centralizar los recursos públicos disponibles. De los efectos de esta política en las comunidades hablan el edil chalateco Pablo Martínez y la líder comunitaria Evelyn Monge
La decisión del oficialismo de reducir los fondos para las alcaldías, en especial para las más pequeñas, trae consigo efectos negativos en el desarrollo local. Pablo Martínez, alcalde de Azacualpa, en Chalatenango, explica las consecuencias desde la localidad que gestiona por quinto periodo consecutivo. “Las carreteras de nuestros municipios están en pésimo estado, deplorables, no se puede caminar. Es difícil administrar sin recursos porque vivimos de la agricultura y la ganadería, no hay industria ni comercio”, afirma el edil de esta localidad ubicada al sur de Chalatenango, bañada por las aguas del embalse del Cerrón Grande.
Martínez no duda al afirmar que el presidente de la República está dejando a un lado a los municipios pequeños en su estrategia de desarrollo. “Le está apostando a las cabeceras, los municipios pequeños no le interesan mucho, los está dejando al libre albedrío, no importa que sean de Nuevas Ideas o de la oposición”, apunta el alcalde del FMLN.
En noviembre de 2021, en una misma sesión plenaria, los diputados del oficialismo derogaron la ley del Fondo para el Desarrollo Económico y Social (Fodes) y aprobaron otra con el mismo nombre, pero que reduce la disponibilidad de fondos directos a las alcaldías. La normativa anterior, que databa de 1988, establecía la distribución del 10% de los ingresos corrientes del Estado entre las 262 alcaldías atendiendo a criterios de pobreza, población, extensión e índice de desarrollo. La nueva reduce al 1.5% los recursos directos a las comunas. Un 4.5% adicional, hasta completar el 6% de los ingresos del Estado, lo maneja la Dirección Nacional de Obras Municipales (DOM), entidad desde la cual el Gobierno dirige las obras físicas a las alcaldías.
En agosto pasado, nueve meses después, en una decisión que busca enmendar la falta de fondos que reciben las comunas anunciaron un monto adicional de 50 millones anuales a repartir entre 243 alcaldías de menos de 73,000 habitantes. El único criterio a tomar en cuenta para entregar esos fondos es la población de cada una.
Para Héctor Silva, concejal de la Alcaldía de San Salvador, la eliminación del Fodes es parte del plan trazado por la administración Bukele para quitar independencia a las instituciones. “El Gobierno quiere tener el dinero para tener el poder. Es lo que el presidente ha buscado en todas las instancias posibles”, comenta en referencia al control que el presidente tiene de todos las instituciones, incluso las que deberían ser independientes por ley como la Corte Suprema y la Asamblea Legislativa.
Silva lamenta que los gobiernos locales en esta coyuntura se ven impedidos de llevar programas sociales a las poblaciones. “El daño no solo es al partido político o al alcalde o al concejal; es a todas las comunidades y a las personas que quisieran poder presentar un proyecto, pero no pueden hacerlo porque la alcaldía va a decir: ´No hay fondos´”.
Eso mismo es lo que les dice el edil de Azacualpa a los líderes comunitarios en los encuentros de participación ciudadana que la alcaldía realiza. “Antes empezábamos la consulta ciudadana y ya cada persona traía sus propuestas. Ahora, nosotros les decimos que los proyectos de infraestructura no los podemos hacer porque no tenemos presupuesto”, comenta.
Ambos funcionarios dieron sus opiniones en el pódcast de Voz Pública Desarrollo local en suspenso, dirigido por la periodista Wendy Monterrosa.
En este episodio también participó Evelyn Monge, líder comunitaria que trabaja en defensa del agua y el medioambiente en la cordillera de El Bálsamo. Lamenta que los pocos recursos que reciben algunas alcaldías como la de Huizúcar, en La Libertad, donde ella vive, se estén empleando para beneficio de unos pocos. “Ellos se han incrementado su salario en vez de ver de qué forma se puede invertir en infraestructura, tenemos una deficiencia en las calles, casi todas están dañadas”, afirma sobre esta comuna en poder de Nuevas Ideas. Denuncia también la creciente deforestación en la zona para la construcción de megaproyectos y la pasividad de la alcaldía ante esta realidad.