Con esos fondos se financian la construcción de dos hospitales: el nuevo Rosales, sin comenzar, y otro en el municipio de Nejapa, al norte de San Salvador, aún en labores de terracería. Los atrasos son evidentes también en las obras en el primer nivel de atención. Avances como el aumento de la cobertura de atención infantil y partos hospitalarios, la reducción de infecciones hospitalarias o muertes por cáncer de cérvix, entre otros, están en el aire. Desde Acción Ciudadana se critica falta de capacidad del gobierno para ejecutar la obra pública en tiempo y forma.
Este año se vence el plazo de ejecución del Programa Integrado de Salud II (Prides II) que se financia con un préstamo de $170 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ratificado el 7 de junio de 2018 por la Asamblea Legislativa para un periodo de cinco años.
El Ministerio de Salud ha invertido $37.2 millones desde la aprobación del empréstito hasta noviembre de 2022 lo que representa un 21.9% del total. Esa inversión no representa siquiera la cuarta parte del monto contratado.
El dato de la inversión se obtuvo de las auditorías anuales realizadas en 2019, 2020 y 2021 al programa, disponibles en la web de la entidad financiera. La información correspondiente al 2022 se puede consultar en la sección Datos Abiertos de la web del Ministerio de Hacienda. Además se contrastó con las memorias de labores del Ministerio de Salud, subidas en su web.
Como se indica en el contrato, el objetivo del financiamiento es mejorar los servicios de salud en los distintos niveles de la red de atención y la eficiencia de la gestión. El programa incluye obras varias y equipamiento en una gran cantidad de pequeños centros de salud y también en hospitales, la contratación de personal, la construcción de un hospital en la zona norte de San Salvador y su proyecto más emblemático: la modernización del Hospital Nacional Rosales.
El préstamo está dividido en cuatro componentes o secciones. El primero está dirigido a fortalecer la red ambulatoria, el primer nivel de atención, y tiene asignados 37.2 millones de los que se han ejecutado 13.3 millones, es decir, el 36%. En esta categoría se financian las obras y equipos en las unidades de salud, nuevos hogares de espera materna y obras de saneamiento ambiental en 150 centros de atención, entre otros.
Una de las metas es la construcción o remodelación de 28 unidades comunitarias de salud familiar de distinta complejidad. En su última memoria de labores, de junio 2021 a mayo 2022, el Ministerio de Salud informa de la construcción de cuatro de ellas en los municipios de El Paisnal, Aguilares, Nejapa y Guazapa. Además, otras seis más estaban en ejecución. Ni esa ni las otras memorias de labores anteriores informan de la construcción de los tres hogares de espera materna, otra de los objetivos. De igual manera, se indica la realización de obras de saneamiento en 36 centros de salud de una meta de 150 a atender con el préstamo.
Un segundo componente contempla la mejoría de la red hospitalaria. Además de los dos nuevos hospitales mencionados, incluye obras varias y equipamiento en otros 14 y la incorporación de personal especializado -pediatras, neonatólogos y ginecólogos- en seis más. Esta categoría tiene destinados $118.1 millones, el 70% del préstamo. Hasta noviembre pasado se habían ejecutado $15.6 millones lo que representa el 13% del total programado.
Sin nuevos hospitales
Construir un nuevo hospital Rosales se ha convertido en una odisea para el Ministerio de Salud. En febrero de 2021, lanzó una licitación pública internacional para escoger a la empresa que iba a construir la consulta externa especializada. Un año después, anuló el proceso sin explicar la razón. En un comunicado, el ministro del ramo, Francisco Alabí, trasladó esa responsabilidad a la Dirección de Obras Municipales (DOM), de reciente creación y sin experiencia en obras hospitalarias. La institución abrió un proceso de precalificación de empresas en junio pasado y a finales de año aún no había escogido a la firma entre las tres preseleccionadas. En el camino, el proyecto pasó de un presupuesto de $29.6 millones en el proceso que fue anulado a los $52 millones actuales.
A la DOM, la Asamblea Legislativa le asignó $25.9 millones del préstamo para disponer de ellos para el proceso de contratación de la empresa en el último trimestre del año. Al 30 de noviembre, según la información disponible en el Ministerio de Hacienda, no se había ejecutado un dólar de ese monto.
El hospital de la zona norte en Nejapa está en ejecución. Voz Pública visitó el lugar donde trabajan una veintena de obreros y los camiones de volteo descargan la tierra que trasladan desde un lugar cercano como parte de los trabajos de terracería. Las obras comenzaron allá por noviembre, según las personas consultadas.
Milton Brizuela, presidente del Colegio Médico, critica la falta de planificación en la gestión actual y el atraso en la construcción de los dos hospitales. “La población necesita ser atendida en instalaciones que respeten su dignidad, eso dista mucho en el hospital Rosales por lo viejas (que están). Nuestros colegas hacen grandes esfuerzos en los hospitales para salvar vidas; en unas instalaciones modernas y de mayor capacidad habría resultados más positivos”, expresa.
Como parte del préstamo, Salud contrató ginecoobstetras, pediatras y neonatólogos en seis hospitales de la red nacional desde 2020. Esa inversión rondó los $500,000 al año, según las memorias de labores consultadas.
De igual manera, ha realizado inversiones de manejo de aguas residuales en el Hospital Nacional de Neumología y el Hospital de Ciudad Barrios. También, obras de mejora en otros seis hospitales como instalación de plantas de bombeo, sistemas de autoclave para la esterilización del equipo médico, entre otros. A mediados de 2022, otros cinco más tenían obras en ejecución.
En cualquier caso, el vacío de obras y proyectos sin comenzar es sustancialmente mayor, como lo indica la baja ejecución alcanzada. En el documento de Reporte de Monitoreo de Progreso (PMR, por sus siglas en inglés), el Ministerio de Salud se trazó unos objetivos a cumplir con la ejecución del préstamo que están en el aire. Reducir los partos extrahospitalarios y aumentar la inscripción prenatal en la zona de San Salvador, así como reducir las tasas de mortalidad por hipertensión, cáncer hematooncológico y cérvix a nivel nacional son algunas de las metas asociadas a la mejora del sistema de salud con el financiamiento disponible.
Del préstamo hay un tercer componente financiado con 10.8 millones para mejorar la gestión y la eficacia de la red de salud. Contempla un modelo de desarrollo de recursos humanos, fortalecer los sistemas de información y modernizar los sistemas y la cadena logística de insumos y medicamentos, entre otros. El monto ejecutado es poco más de $5,8 millones, un 54% del fondo previsto.
La mayor parte de ese porcentaje corresponde a los cerca de $2 millones invertidos en la realización de la encuesta nacional de salud. Este trabajo se vio interrumpido en la pandemia y reiniciado en marzo de 2021. En total, fueron 19,900 hogares seleccionados en la muestra. Hasta mediados de 2022, la encuesta figuraba como una de las mayores inversiones realizadas con los fondos préstamo lo que evidencia también la baja ejecución en el resto de los proyectos del programa.
Finalmente, el programa contempla $3.8 millones para gastos administrativos y de auditoría, de los que se han invertido $2.4 millones, el 64% del total.
Desvío de fondos
En el marco de la emergencia por la covid-19, el Ministerio de Salud utilizó $14.1 millones para la compra de insumos, medicamentos y equipamiento médico en 2020 provenientes del préstamo 3608/OC-EC. De los 80 millones destinados a la construcción del nuevo Rosales tomaron $7.3 millones y el resto del componente uno, destinado a mejorar la atención en el primer nivel de salud. El destino de estos fondos, desviados para hacer frente a la pandemia, es ajeno a la plan original del empréstito. Siendo así, la inversión real ejecutada se reduce a $23.1 millones.
Desde Acción Ciudadana, su director ejecutivo, Eduardo Escobar, critica que el gobierno no ejecute en tiempo y en forma la obra pública. “Hay ineficiencia de los proyectos y eso puede venir de la incapacidad de los funcionarios encargados, del ministro de salud. El personal humano no tiene la experiencia, la experticia, la capacidad para cumplir con esos compromisos”, expresa.
Escobar no descarta que ese retraso en la ejecución de los proyectos responda a un cálculo electoral. “Si usted hace el hospital cuatro años antes, la gente no se va a acordar. Si lo está haciendo y entrega partes del hospital en una etapa electoral, va a tener réditos, a generar votos”, subraya el responsable de esta organización que promueve la transparencia y la rendición de cuentas.
Una década del Prides
El Programa Integral de Salud (Prides I) surge en 2009 en el marco de la reforma al sistema de salud. El primer préstamo del BID fue por $60 millones e incluía una contrapartida de $22.7 millones. Su objetivo era implementar un modelo de atención primaria de calidad que ponía el énfasis en la prevención de la enfermedad. Se ejecutó entre los años 2010 y 2015. Como el actual incluía inversión en infraestructura, focalizada en centros de atención primaria, contratación de personal que integrarían los conocidos ECOS, los equipos comunitarios de salud familiar. También, la creación de un sistema de emergencias.
Con la finalización de ese préstamo, el gobierno de turno planteó al banco la necesidad de continuar y profundizar los avances en materia de salud. Es así como en abril de 2016 se suscribió el empréstito actual para la ejecución del Prides II. No obstante, pasarían más de dos años hasta que en junio de 2018 fuese ratificado por la Asamblea Legislativa. Durante ese tiempo, el partido ARENA se negó a dar sus votos para alcanzar la mayoría calificada que requería el empréstito.
La presión del entonces candidato presidencial Nayib Bukele surtió efecto para que ARENA diera sus votos finalmente, según algunas publicaciones de esas fechas. En febrero de 2018, Bukele se refería al préstamo y el partido de derecha en Twitter: “ARENA no tiene moral para criticar el estado del Hospital Rosales. Tuvimos el financiamiento del BID para tener un Hospital de primer nivel y los mezquinos no dieron su voto. 100 veces se les pidió. Más de 120 millones de dólares, perdidos”.
A poco más de cinco meses de que se cumpla el plazo de cinco años establecido en el contrato del préstamo del BID, el nuevo hospital Rosales sigue esperando. Cuatro años y siete meses después, más de tres años y medio de esta gestión, no han sido suficientes para echar a andar el proyecto.