A sus treinta y tantos años, María se atreve a contar, por primera vez, el infierno que vivió en su niñez y adolescencia a manos de su hermano mayor. Un infierno que denuncian tres niñas a diario. Aunque lo viven muchas más. Solo en 2020, la Fiscalía registró 1,121 casos de violaciones o agresiones sexuales en menores de 15 años.
Hasta los siete años, María llevaba una vida normal, como las demás niñas de su cantón en el municipio de San Matías, en La Libertad. En sus recuerdos guarda las imágenes de una niña que pepenaba café con su mamá y que jugaba con bolsitas de churros. La pobreza no daba para más. Nada de juguetes. Pero era feliz.
A los siete años, su vida cambió. “Yo tengo un hermano que todavía está vivo. Cuando no le tenía la comida, me pegaba… Aparte, él comenzó a abusar de mi. Yo bien me acuerdo, cargaba un vestidito rosado, de amarrar aquí atrás, cuando él me jaló”, relata María.
Cuando no estaba su madre, siempre le hacía eso, cuenta esta joven, hoy madre de tres hijas. Ni su madre ni su tío le creían cuando les contaba los abusos de su hermano.
Que la persona agredida no sea escuchada es parte de lo que Silvia Juárez, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), define como “un mecanismo de protección a los agresores a través del silenciamiento de las víctimas a partir de su descrédito”.
Cumplidos los ocho años, María se fue de casa. A trabajar y librarse de su agresor. “Ya no aguantaba y me fui, ganaba 50 pesos (colones) al mes lavando trastes y limpiando mesas”, afirma María.
Cada 15 días regresaba a su hogar para ayudar a su madre con el dinero que ahorraba. Y volvían el maltrato y el abuso sexual de su hermano. “Había un pozo en medio del monte y era donde él me agarraba”, recuerda María.
Ese infierno le persiguió el resto de su niñez y durante su adolescencia. Aún siendo madre seguía siendo abusada de ese familiar. Hasta que la embarazó.
La Fiscalía recibió 2,858 denuncias por diversos delitos contra la libertad sexual en 2020. De esa cantidad, 1,121 fueron violaciones o agresiones sexuales en menores de 15 años. Como María.