Bajo la Lupa

por Juan Pablo Lopez Garciaguirre

La difusión de información falsa con la intención de engañar al público, lo que se conoce como desinformación, es uno de los principales problemas que afectan a los ciudadanos y a la sociedad en general. Basta recordar la pandemia de la covid-19 y las consecuencias en el mundo real de las fake news diseminadas en internet.

La desinformación crea sociedades cada vez más polarizadas, siembra el odio al que piensa distinto, al extranjero, a las minorías y encumbra falsos líderes y políticos sobre la base de la mentira. En fin, sus efectos son tan graves como impredecibles.

Voz Pública desarrolla procesos de verificación de información para contrarrestar las noticias falsas que circulan en las redes sociales principalmente. Lo que se conoce con la expresión inglesa “fact-checking” no es más que la verificación de datos, una labor rigurosa que existe desde el inicio del periodismo.

Para este trabajo se siguen una serie de pasos los cuales se describen a continuación:

Se identifica el contenido de un tema que Voz Pública considera de interés público y que sea factible de ser contrastado. Afirmaciones de políticos, empresarios, medios de comunicación en general sin que exista una discriminación por su orientación partidaria, ideológica o de otra naturaleza.

Se excluyen los comentarios u opiniones, las promesas de carácter político en el marco de una campaña electoral.

Para ser sujeta de verificación, la información debe cumplir alguno de los siguientes criterios: amplia difusión en redes sociales u otras plataformas, relevancia del tema en cuestión y la gravedad que ese bulo tenga o pueda llegar a tener para la ciudadanía.

Seleccionada la información, se consulta a la persona o institución que la difundió para conocer su origen y detalles que ayuden al proceso de verificación. Más allá de si hay o no una respuesta, el chequeo también se auxilia en distintas fuentes documentales y entrevistas con especialistas.

Si durante el proceso, el actor rectifica o matiza la información, esto se consignará en la publicación posterior. Si lo hiciese después, se actualizará en la nota.

Las fuentes y documentos consultados en el proceso de verificación también se incluirán en la nota.

En esta etapa se estudia la información obtenida de las distintas fuentes y, si es procedente, se le asigna una categoría de acuerdo con el análisis realizado. El asunto de la categoría será el eje central de la publicación posterior de la verificación de la información. Por supuesto, se complementará con datos y opiniones de otras fuentes si las hubiere, así como del contexto necesario que ayude al lector a comprender lo publicado.

  • Verdadera: La afirmación se demuestra que es cierta al ser contrastada con distintas fuentes.
  • Falsa: El contenido se ha confirmado que es falso al ser verificado con otras fuentes confiables.
  • Engañosa: La información contiene datos que son correctos, pero omite otros o los mezcla con otros incorrectos, con la intención de confundir o engañar.
  • Verdad a medias: La afirmación es correcta, pero necesita aclaración, información adicional o contexto.

En pocas palabras, para la verificación de la información seguimos estos pasos:

  • Seleccionar una frase del ámbito público.
  • Ponderar su relevancia, según criterios descritos.
  • Consultar a la fuente original.
  • Consultar a la fuente oficial.
  • Consultar a fuentes alternativas.
  • Ubicar en un contexto.
  • Confirmar, relativizar o desmentir la afirmación.
  • Calificar.